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La ACA hace peligrar los fondos para descontaminar el pantano de Flix

Los pasos para descontaminar el embalse enfrentan a los municipios de la Ribera d’Ebre

La vieja química, al fondo, situada junto al pantano de Flix.
La vieja química, al fondo, situada junto al pantano de Flix.JOSEP LLUÍS SELLART

La limpieza de los residuos tóxicos que la antigua Erkimia, ahora Ercros, dejó en el fondo del pantano de Flix seguirá acumulando retrasos pese a que los trabajos deberían haberse iniciado en 2011. El coste y las dificultades económicas de las Administraciones, con la Agencia Catalana del Agua (ACA) a la cabeza, impiden iniciar la operativa, que ponen en riesgo recibir las ayudas comprometidas por la Unión Europea si no se justifican durante 2013.

En el fondo del pantano de Flix (Ribera d’Ebre) hay depositados 700.000 metros cúbicos de residuos tóxicos y radiactivos vertidos por la empresa química Ercros, la antigua Erkimia, a lo largo de un siglo. La limpieza de los lodos, confinados para evitar su dispersión, acumula casi ocho años de retrasos. En 2004 un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) descubrió el vertedero, compuesto por organoclorados, metales pesados (mercurio, níquel y arsénico) y radionucleidos (contaminación radiactiva). Desde entonces, y tras sucesivas demoras, el proyecto final para limpiar el pantano fue aprobado en 2007.

Sin embargo los trabajos de limpieza, aún no han empezado y, en esta ocasión, los retrasos se han visto acuciados por diversas crisis, tanto políticas como económicas. Acuamed, la sociedad estatal encargada de ejecutar las tareas de limpieza, adjudicó las obras a la constructora FCC en marzo de 2008. El coste de los trabajos asciende a 165 millones de euros; estos provienen tanto de fondos europeos como del Gobierno y están presupuestados.

Aun así, paralelamente se configuró un plan de restitución territorial consensuado entre Acuamed, la (ACA) y los municipios implicados. Son en total 13 localidades dependientes del río Ebro y otras 59 poblaciones en las que se prevén mejoras en su sistema de captación de agua potable, ya sea con la creación de pozos, cañerías o depósitos, por lo que es necesario redactar proyectos y realizar expropiaciones. De esto se encargaba la ACA, pero la crisis económica por la que pasa la entidad —con una deuda cifrada en 1.300 millones a finales del año 2011— y las trabas administrativas han retrasado la ejecución de muchos de estos trabajos, destinados a garantizar el agua potable en un hipotético episodio de contaminación del río Ebro cuando se inicien las tareas succión de los lodos tóxicos.

La UE pagará el 70% del gasto si se justifica en 2013

A principios de mayo de este año solo se habían ejecutado siete de la cuarentena de maniobras previstas en los anexos 1 y 2 (considerados los más importantes) del plan de restitución territorial. Según el ACA, desde entonces la tabla ha evolucionado favorablemente, con algunas expropiaciones pendientes ya pagadas y otras en estado de tramitación. En total hay 44 proyectos consultivos para los pozos, de los cuales a principios de verano 24 estaban tramitados, mientras que los restantes no tenían un calendario final fijado.

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La construcción del sistema de abastecimiento paralelo ha desembocado en otra crisis, pero esta vez política, porque el Ayuntamiento de Flix (PSC-ERC) es partidario de iniciar la descontaminación del pantano cuanto antes, mientras que otros alcaldes de la zona, encabezados por el presidente del Consejo Comarcal de la Ribera d’Ebre y alcalde de Tivissa, Jordi Jardí (CiU), exigen la finalización de los pozos antes de empezar a succionar los compuestos tóxicos del lodo.

“En 2013 deben justificarse los fondos europeos, que suman el 70% del presupuesto destinado a la limpieza de Flix, y en 2015 los trabajos tienen que estar finalizados”, explica el regidor de Promoción Económica del Ayuntamiento de Flix, Francesc Barbero (ERC). Según argumenta, si se supedita la extracción de los lodos a la obra del plan de restitución territorial, los plazos no podrán cumplirse y, por ende, los fondos europeos peligrarán, por lo que insta a empezar la limpieza del pantano en otoño, tal como estaba prevista en las últimas de las modificaciones que ha sufrido el proyecto.

“Aquí intervienen tres instituciones y muchas expropiaciones no estarán listas; por no poder pagar algunas se han parado obras de miles de euros, es comprensible que algunos pueblos sientan un agravio comparativo porque no estará finalizado a tiempo lo que les habían prometido, pero no podemos jugar con fuego y retrasar más la extracción”, explica Barbero.

Esta posición tiene el respaldo mayoritario de los partidos de izquierda; PSC, ERC e ICV, pero choca con la postura mantenida hasta ahora por los alcaldes convergentes, en su mayoría situados río abajo, y por la Generalitat. “El abastecimiento de agua potable es una condición sin la cual no vemos justificada la descontaminación del río; debe hacerse con garantías y garantizando la salubridad de las personas. Si Flix estuviese situado dos kilómetros más abajo no pensarían lo mismo en ese municipio”, esgrime Jardí (CiU). El alcalde de Tortosa (Baix Ebre), el también nacionalista Ferran Bel, ha manifestado la misma inquietud en los últimos meses. En las tensiones políticas entre municipios influyen otras heridas recientes, que aún siguen abiertas, como la polémica que generó entre diversos alcaldes, partidarios por un lado y detractores del otro, la candidatura de Ascó (Ribera d’Ebre) para albergar el cementerio de residuos nucleares.

En paralelo a las peticiones de Flix de succionar de inmediato los residuos tóxicos y radioactivos y de las peticiones del Consejo Comarcal de la Ribera d’Ebre de terminar antes los pozos de emergencia, el Parlamento catalán aprobó el 20 de julio una moción presentada por el PSC para exigir al Gobierno central la retirada de los lodos antes de que finalice este año y, a la vez, el texto alentaba a terminar las obras pendientes del plan de restitución territorial.

La actuación prevista es muy delicada y pionera en el mundo, manifiesta Acuamed. Consiste en levantar un muro de acero en el fondo del agua para confinar los residuos, llevarlos a una planta especial donde se descontaminarán y después transportarlos a un vertedero. La empresa Ercros ha cedido unas instalaciones para confinar los lodos, pero no pagará la factura de la limpieza, lo que ha sido criticado en numerosas ocasiones por la organización Greenpeace.

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