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En moto a la otra vida

Funermostra ofrece un último servicio en Harley, un ataúd de cartón reciclable o una web de duelo

Ferran Bono
Uno de los puestos de Funermostra que utiliza maniquíes para sus ataúdes.
Uno de los puestos de Funermostra que utiliza maniquíes para sus ataúdes.

Dos cantantes de óperas amenizan la estancia entonando conocidas arias. Reina un ambiente grato. Un veterano de las ferias comenta que la de Funermostra es “la más alegre de todas” y la que ofrece, además, “los mejores piscolabis”. La luctuosa materia con la que trabaja la Feria Internacional de Productos y Servicios Funerarios aconseja hacer el tránsito del visitante lo más agradable posible. Entre varios ataúdes de prestaciones diversas, se divisan ristras de embutido de pata negra. El negocio parece que aguanta los embates de la crisis.

“Todos notamos la crisis. La gente tiene menos dinero; han bajado mucho las esquelas; las coronas ya no son las de antes; nos han subido el IVA del 8 al 21%, y hemos tenido que bajar precios y márgenes. Pero también es verdad que el 64% de la población española tiene una póliza de deceso que incluye todo y eso nos da cierta estabilidad”, explica Miguel Escorihuela, presidente de la única feria del sector en España que este año, en su 12 edición, ha atraído a 120 marcas a Feria Valencia.

Daniel Gundín es motero. “¿Qué mejor manera de despedir a un amigo motero que dar una última vuelta en moto?”, señala este vasco de ‘Funeraria Carranza, alma motera’, según reza su anuncio. Es tan convincente que entran ganas de subir al ataúd dispuesto sobre el sidecar de su imponente Harley Davidson. Es una de las estrellas de la muestra, que se inauguró este miércoles y concluye el viernes, al menos en cuanto a imagen gráfica.

De los 360.00 y 380.000 difuntos al año en España, entre un 35 y 40% son incinerados

Seguro que entre los 360.00 y 380.000 difuntos al año de España, de los cuales entre un 35 y 40% son incinerados, hay aficionados a las motocicletas y también ecologistas. Para colmar el ánima de estos últimos, la madrileña Restagree Ataúdes ecológicos ofrece un féretro de cartón reciclable homologado. El precio de venta al público es de 150 euros, cuando un ataúd de madera de los más baratos se eleva a 600 euros, y un servicio funerario completo medio puede costar entre 2.500 y 3.000 euros, aunque los costes oscilan mucho, dependiendo de muchos factores como el precio municipal y variable de los nichos. Las cremaciones suelen ser más baratas, “pero no siempre, depende del sitio”, indica Escorihuela.

Javier Ferrándiz, el responsable de esta empresa ecológica, destaca también el ahorro energético en las cremaciones. En 15 minutos sólo quedan las cenizas, indica el responsable Javier Ferrándiz. El producto, sin embargo, aún tiene que salvar las reticencias de las funerarias y de la clientela acostumbrada a los velatorios tradicionales con madera, madera.

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El silencio también es muy apreciado en los funerales. La valenciana Indusauto lo sabe y ofrece unas rutilantes rancheras extra acristaladas, es decir, coches funerarios, para llevar al finado entre sonidos amortiguados. Además, consumo “sólo dos euros a los cien kilómetros”, apostilla Vicente Alapont, de la empresa de Llosa de Ranes que ya ha servido sus vehículos remozados sobre chasis de Mercedes.

Muy cerca de este puesto, en el espacio del Grupo Mémora, uno de los líderes del sector en España, se celebró un simulacro de catástrofe en el que participaron policía, bomberos forenses, actores aficionados y profesionales funerarios. “El objetivo del simulacro ha sido dar a conocer la labor "imprescindible" de los profesionales de sectores muy diversos que tienen que trabajar coordinadamente “para dar respuesta a las familias que hayas perdido a un ser querido”, apunta Eduard Vidal, vicepresidente de la empresa catalana, que también presenta en Funermostra su web Duelia, “una red social y una forma de gestionar el duelo, en la que participan profesionales psicólogos y se ofrecen recursos para la gente que lo necesite”.

1000 millones al año

El sector funerario mueve entre “900 y 1.000 millones de euros al año en España”, señala Vidal, vicepresidente de la patronal europea. Las diferencias culturales y religiosas explican las diferentes costumbres funerarias. En el Norte de Europa, en países como Alemania, Holanda o Dinamarca, el 80% de la población opta por la incineración. España es de los países del Sur donde más se ha incrementado gracias a su 630 tanatorios y a la gestión pública. En Italia, por ejemplo, sólo hay ente 25 y 30 crematorios; en Portugal, ocho, y en España, unos 150.

De Holanda llega la empresa Funeral Products que ha sorprendido a los visitantes de Funermaostra, que concluye el jueves, con sus urnas para mascotas y sobre todo con la urna que adopta el perfil del finado proyectado sobre la pared. Tan sólo se tiene que enviar una fotografía del fallecido y pagar unos 1.000 euros para tener toda la vida la sombra indeleble de la persona muerta.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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