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Alcorcón: año uno

Un año después del 'Alcorconazo' sus protagonistas recuerdan qué quedó tras el 4-0 contra el Real Madrid que les hizo famosos

Tras el último partido de Liga contra el Racing, José Mourinho dijo que si sus jugadores le hacían lo mismo que el año pasado tuvo que aguantar Pellegrini en la Copa les podría una cruz y los enterraría. Muchos de ellos ya saben lo que es salir medio muerto de un partido de dieciseisavos de final de la Copa del Rey. Hace 364 días, un 27 de octubre de 2009, siete de los jugadores con los que cuenta hoy Mourinho viajaron 32 kilómetros al sur del Bernábeu, jugaron contra un equipo de la 2º División B, y perdieron.

La culpa la tuvo un conjunto que salió a divertirse, que había comenzado su pretemporada con apenas cinco jugadores en el campo y que, sin que nadie lo esperara, fue el David que se zampó al Goliat de la competición, el Real Madrid. "En ningún momento pensé que le podíamos meter cuatro", rememora Juan Antonio Anquela tras acabar el entrenamiento.

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El técnico del Alcorcón todavía sonríe cuando recuerda el discurso que les soltó a sus chicos en el vestuario antes de que saltaran al campo en aquella templada noche de otoño. "Les dije que salieran a divertirse, que se olvidaran de todo y disfrutaran". Y se lo tomaron al pie de la letra. Sobre todo Borja, un joven de 27 años que venía del Alicante con carnet de socio del Real Madrid y que le endosó aquella noche dos goles al club en el que se formó.

"Lo que más recuerdo de aquel partido es el momento de los goles. Ver a mi familia loca de alegría, aunque yo no me daba cuenta de nada". Ni siquiera reconoció a los suyos vibrando con él en la primera fila. "Celebré los goles en la banda en la que estaban todos mis amigos y no los distinguí, me di cuenta de que eran ellos al día siguiente, cuando me vi en las portadas", rememora.

El Real Madrid es el club que más ingresos genera del mundo y tanto sus victorias como sus derrotas son amplificadas a nivel mundial. Tanto que los jugadores de un club modesto como el Alcorcón se vieron de la noche a la mañana copando páginas de los diarios y minutos en la radio y televisión nacional e internacional. Todo el mundo quería saber quiénes eran esos chicos que habían desafiado las leyes del mercado. "Me llegué a agobiar porque no podía ir tranquilo por la calle. La gente me reconocía en la facultad, en mi barrio... y yo no sabía cómo reaccionar. Soy un chico tranquilo al que no le gusta llamar la atención y me quedé alucinado", recuerda con la mirada tímida Borja, el goleador.

El fenómeno del Alcorconazo, como se conoció al 4-0 de la ida y a la eliminación quince días más tarde del Real Madrid de la Copa, duró unos dos meses. "En ese tiempo te sientes el centro del mundo, pero viéndolo con distancia te das cuenta de que la repercusión fue exagerada", dice el que todavía es el capitán del equipo. Rubén Sanz ha vivido muchas cosas en el Alcorcón. Ocho años en un club que ha peleado fuerte durante muchas temporadas por salir de las categorías más duras del fútbol no es algo muy común. "Este equipo no puede mantener a la gente. Los que hacen un buen año se acaban marchando a otros sitios donde les pagan más. Cada temporada hacemos un equipo nuevo y vamos subsistiendo, que ya es suficiente", explica Anquela, un trabajador del fútbol que llegó al club a mitad de la temporada 2008-2009.

A quien el trampolín del Alcorconazo ha mandado más lejos es al que fue el portero titular durante toda la temporada, Juanma, que pasó de jugar en mayo en Segunda B a ver en agosto desde el banquillo del Aris Salónica griego la Liga Europa. De los trece jugadores que disputaron algún minuto en el 4-0 contra el Real Madrid, solo seis siguen en un equipo al que la temporada 2009-10 le tenía reservada otra noche épica. Fue la del 20 de junio, la del ascenso a Segunda en el minuto 94, la que tanto el técnico como los jugadores se quedan como la mejor del año. "Si hubiera tenido que cambiar mis dos goles contra el Madrid por conseguir el ascenso, lo hubiera hecho", asegura Borja, quien tras pasar cinco años entre Valladolid y Alicante ha conseguido jugar en Segunda cerca de su casa, en Madrid.

Para el entrenador, hacerle elegir entre una de las dos noches es como pedirle a una madre que escoja a cuál de sus dos hijos quiere más. "Las dos noches fueron inolvidables, pero conseguir el ascenso trajo la satisfacción del deber cumplido". El Alcorcón conseguía ascender por primera vez en su historia a Segunda División. Eso sí, la magia y las pasiones debocadas que trae la Copa a los equipos más modestos no es comparable a ninguna otra competición. "Ahora que el jueves nos visita el Athletic, volvemos a sentir esa emoción, el interés de la gente. Esta es una competición que te permite soñar", reflexiona Anquela mientras con la mirada sigue los avances de las gradas supletorias que se están instalando para el partido del jueves. Lo bueno de los sueños es que, como le pasó el año pasado al Alcorcón, a veces se hacen realidad.

Un equipo y una cuidad. Los verdugos del Real Madrid en la Copa del Rey, este domingo en EL PAÍS SEMANALVídeo: Á. R. DE LA RÚA / L. ALMODÓVAR

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