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LA LUCHA CONTRA LA DESERTIFICACIÓN

La degradación del suelo afecta al 31% del territorio español

España sigue sin aprobar el plan nacional al que se comprometió con la ONU en 1996

El 31,5% de la superficie de España tiene un riesgo elevado de desertificación. Un peligro que se dispara en Canarias, Comunidad Valenciana y Murcia, donde el 90% del territorio corre este peligro. Así lo hizo público ayer el Ministerio del Medio Ambiente, en un análisis que revela que hay 14 provincias [ver gráfico] con más del 50% del suelo en esta situación.

"Es una suma de efectos políticos del pasado", señaló la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, que afirmó que con el Gobierno del PP "algunas obras de restauración hidrológico-forestal para prevenir la desertización derivaron en jardines urbanos". Narbona hizo estas declaraciones en una jornada sobre desertificación organizada por el ministerio, la Fundación Biodiversidad y la Fundación Santander Central Hispano.

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El ministerio anunció que invertirá 82,5 millones de euros contra la desertificación y que trabaja en un inventario y una red de seguimiento de la erosión. Sin embargo, aún no se ha aprobado el programa nacional al que España se comprometió en 1996 al ratificar el convenio de la ONU de Lucha contra la Desertificación. La directora general de Montes, María Jesús Rodríguez, reconoce que el programa "está elaborado, pero no se llegó a aprobar", cosa que confía que ocurra este año.

"Antes queremos discutirlo con las comunidades autónomas, porque ha cambiado el escenario presupuestario de la UE y, con el nuevo Gobierno, la gestión de los recursos hídricos en España". "El instrumento principal del ministerio serán los planes de cuenca, que serán elaborados con consulta pública y permitirán en 2015 alcanzar el buen estado de nuestros ecosistemas", dice Antonio Serrano, secretario general para el Territorio y la Biodiversidad.

Europa también tiene que hacer sus deberes. "Nuestra meta es que en noviembre se apruebe una directiva marco de Protección del Suelo", dice Michael Hamell, jefe de la Unidad de Agricultura y Suelo de Medio Ambiente de la CE. "Ya se nos ha advertido, con todo, que quieren una directiva ligera. Pero es importante convencer a la población europea de la relación entre la amenaza de desertificación y problemas como la contaminación resultante de más de dos siglos de residuos industriales, además del fósforo que penetra en el agua potable, los pesticidas para la producción agraria o la gran cantidad de azufre en los países del este".

La erosión es algo natural, pero la relacionada con la desertización tiene mucho origen humano. "Hemos crecido demasiado en urbanización y explotación, pero sin restituir a la naturaleza", dice Javier Pedraza, profesor de Geomorfología de la Universidad Complutense de Madrid.

"El ser humano es víctima de la desertificación, pero también su inductor", indica otro experto no participante en la jornada, Francisco López Bermúdez, catedrático de Geografía Física de la Universidad de Murcia. "En España la excesiva construcción y la poca atención a que vivimos en un medio árido y con lluvias torrenciales repercute en los recursos vitales. Hay que cambiar el modelo de desarrollo, generar políticas públicas más acordes con la naturaleza".

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