_
_
_
_
_

Europa pone en órbita el primer satélite del futuro sistema Galileo

El 'Giove-A' ensayará la tecnología de localización planetaria

El Giove-A, primer satélite de ensayos del futuro sistema europeo de localización Galileo, fue lanzado ayer con éxito al espacio y colocado en su órbita. Galileo, un programa de la Agencia Europea del Espacio (ESA, siglas en inglés) y de la Comisión Europea, será la alternativa civil y de alta precisión al GPS estadounidense y al Glonass ruso. Empezará a funcionar hacia 2010, con un reducido número de satélites.

"Varios años de cooperación fructífera entre la ESA y la comisión Europea ha proporcionado ahora un nuevo recurso en el espacio para mejorar la vida de los ciudadanos europeos en la Tierra", declaró ayer Jean Jaques Dordain, director de la ESA.

Un cohete Soyuz-Fregat, que partió de la base espacial rusa de Baikonur (Kazajistán) a las 6.19 (hora peninsular), situó el Giove-A en su órbita, a 23.258 kilómetros de altura sobre la superficie terrestre con una inclinación de 56 grados sobre el plano ecuatorial. "Tenemos un satélite en funcionamiento", declaró desde Baikonur Javier Benedicto, jefe del proyecto Galileo en la ESA, informa France Presse.

Este es el primer satélite de ensayos tecnológicos del sistema, al que seguirá el Giove-B, dentro de unos meses. Ambos deben funcionar dos años. Después se colocarán en órbita cuatro satélites que servirán para validar el sistema y empezar sus operaciones, hacia 2010. Galileo logrará su plena capacidad operativa cuando esté en el espacio la constelación completa, formada por 30 satélites (26 en funcionamiento y cuatro de reserva). Además, se pondrán en marcha los centros de tierra para controlar y gestionar el sistema.

El Giove-A, de casi 600 kilos de peso, tiene tres objetivos esenciales, según ha explicado la ESA: primero, asegurar el uso de las frecuencias asignadas a Galileo por la Unión Internacional de Telecomunicaciones; segundo, comprobar el funcionamiento de tecnologías esenciales para el futuro sistema de navegación, como los relojes atómicos y los emisores de señal; tercero, estudiar el entorno de radiación en la zona orbital de casi 24.000 kilómetros de altura sobre la superficie terrestre en que operarán los satélites de Galileo.

Cuando el sistema europeo esté plenamente operativo, permitirá la localización de cualquier punto en tierra o en el aire con un error máximo de un metro. Además, garantizará un funcionamiento constante, sin interrupciones o alteraciones, como las que tienen, en el uso civil, los sistemas militares GPS y Glonass.

La ESA y la CE cuentan con un amplio abanico de aplicaciones de Galileo en el futuro, entre ellas la ubicación precisa y servicios de valor añadido para el transporte por carretera, ferroviario, aéreo y marítimo, las pesquerías y la agricultura, la prospección de petróleo, las actividades de protección civil, las telecomunicaciones y las obras de ingeniería. El presupuesto de Galileo asciende a 3.800 millones de euros.

El vicepresidente de la CE, y responsable de Transportes, Jacques Barrot, manifestó ayer en Bruselas: "La radionavegación basada en Galileo se convertirá en un rasgo corriente de la vida diaria, que ayudará a evitar atascos de tráfico, y permitirá la localización de transportes de mercancías peligrosas". En su opinión "el lanzamiento del Giove-A es una prueba de que Europa puede desarrollar proyectos ambiciosos para el beneficio de sus ciudadanos y sus empresas", informa Andreu Missé. Para el presidente francés, Jacques Chirac, "el lanzamiento es un triunfo de la industria aeroespacial europea", porque "el espacio es un componente esencial del gran proyecto europeo".

Lanzamiento del cohete Soyuz-Fregat con el <i>Giove-A</i>, desde Baikonur.
Lanzamiento del cohete Soyuz-Fregat con el Giove-A, desde Baikonur.ESA

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_