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Guías para morir dignamente en un entorno reacio

Reyes Rincón

En el camino que empezó a recorrer en octubre Inmaculada Echevarría tiene mucho que ver la asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD), que le ha prestado el asesoramiento y el apoyo técnico que la enferma, de 51 años, no encontró en su círculo más inmediato. Su vida en Granada, adonde llegó con 29 años, se ha reducido a una residencia de monjas y al hospital de San Rafael, propiedad de la Orden de San Juan de Dios. A ambos centros están vinculadas todas las personas a las que Echevarría considera su familia, pero la enferma sabía también que a ellos les resultaba difícil comprender que quisiera anticipar su muerte.

"Aquí hay curas, frailes, médicos, y nadie lo ve bien", contaba la enferma el día después de hacer público su deseo de morir. Dice que lo tenía claro desde hace diez años, pero que no sabía cómo hacerlo. Hasta que alguien, una amiga que le visita con frecuencia en el hospital, le habló de DMD, una asociación con 2.000 socios que cada año atiende personalmente una docena de casos.

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Echevarría les mandó una carta contándoles su situación y los responsables de DMD viajaron a Granada para conocerle. Desde entonces, un miembro de la asociación con sede en Madrid le ha visitado una vez al mes y la enferma ha contado con el apoyo de socios en Andalucía. Los responsables de la asociación fueron los que registraron la petición oficial de desconexión del respirador, firmada por la enferma, en el hospital y en la Delegación Provincial de Salud de Granada. Ellos le levantaban el ánimo cuando Echevarría escuchaba en su entorno comentarios pesimistas sobre las posibilidades de que su petición prosperara. "Le hemos mantenido la luz", dice la persona de DMD que más de cerca ha seguido el proceso.

En estos cuatro meses, la enferma ha tenido constantes altibajos. Su abogado, un amigo del mejor amigo de Echevarría, no tenía reparos incluso en advertirle de que lo que pedía no era legal. Por más que DMD le insistía en lo contrario, la enferma no sabía muy bien a qué atenerse. La muerte del italiano Piergiorgio Welby el pasado 20 de diciembre, tras una lucha similar a la suya, le devolvió la esperanza. Aunque también hizo que empezara a mostrar cierta impaciencia: "¿Por qué a él sí y a mí no?", inquiría.

Ahora Echevarría es consciente de que su caso va a constituir en España un antecedente muy importante para personas que estén en su misma situación. "Sabe que es una aportación enorme a la sociedad y está orgullosa", cuentan desde la asociación.

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Sobre la firma

Reyes Rincón
Redactora que cubre la información del Tribunal Supremo, el CGPJ y otras áreas de la justicia. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora de información local en Sevilla, corresponsal en Granada y se ha ocupado de diversas carteras sociales. Es licenciada en Periodismo y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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