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Álava se consolida como referente internacional en el estudio del Cretácico

Los investigadores descubren una especie de ácaro en el yacimiento de ámbar de Salinillas

"Es como si nos encontráramos hoy con un tiranosaurio en la sabana corriendo junto a una manada de cebras". De esta forma tan gráfica comentó ayer la excepcionalidad de los dos yacimientos de ámbar investigados en Álava el director del Museo de Ciencias Naturales provincial, Jesús Alonso, tras exponer los últimos hallazgos en el de Salinillas de Buradón. Alonso recalcó que el subsuelo del Sur alavés supone un referente internacional para estudiar el Cretácico Inferior (entre 144 y 99 millones de años antes de Cristo).

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Los especialistas en paleontología ya han reconocido desde hace años la calidad del yacimiento de Peñacerrada, descubierto por investigadores vinculados al Museo de Ciencias Naturales de Álava. El interés por este territorio creció cuando se tuvo noticia del hallazgo de un nuevo yacimiento, también del Cretácico Inferior, en Salinillas de Buradón. El diputado de Cultura, Federico Verástegui, presentó ayer los resultados de la primera excavación en esta zona, que permiten afirmar que el subsuelo del sur de Álava ofrece una riqueza excepcional en restos fósiles correspondientes a esa época.

Hace unos 120 millones de años, el mar llegaba hasta lo que hoy es Peñacerrada, a 30 kilómetros al Sur de Vitoria. La resina de los bosques de coníferas suponía un excelente cepo para todo tipo de restos orgánicos, de hojas a insectos. Entonces, la Tierra sufrió una serie de movimientos geológicos que llevaron a que todo ese territorio sufriese una brutal transformación. El agua se replegó hasta la actual costa vizcaína y la superficie del Sur de Álava vivió sucesivos encabalgamientos. Todo un cúmulo de circunstancias que han permitido que aquella resina, luego fosilizada y convertida en ámbar, se mantenga muy cerca de la superficie.

Así que tanto en Peñacerrada como en Salinillas de Buradón o en próximos enclaves que se investiguen en el futuro en la zona, la calidad del ámbar es excepcional y permite descubrimientos únicos por su, en teoría, fácil extracción. Los estudios realizados han puesto de manifiesto la presencia de más de 60 especies botánicas para los bosques cretácicos de Peñacerrada: era una selva tropical poblada por grandes araucariáceas. Además, se han descubierto 19 órdenes de invertebrados, pero también se han hallado restos de plumas de aves o, mejor dicho, dinosaurios avianos, que constituyen la mejor colección de plumas en ámbar del mundo del Cretácico Inferior.

Un kilo en 15 toneladas

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El yacimiento de Salinillas de Buradón pertenece a otro ecosistema. Si Peñacerrada era una zona inundada con frecuencia por el agua del mar, Salinillas ya era un bosque a unos centenares de metros hacia el interior formado por "otro tipo de nichos ecológicos, que complementan la información sobre la Naturaleza de aquella época", explicó Alonso.

El director del museo alavés estaba ayer contento, lo que no extraña dada la complejidad de una excavación de este tipo. Desde el primer momento, los investigadores se enfrentan a un trabajo ímprobo: en Salinillas se han extraído 15 toneladas de tierra, de las que se han obtenido 1.100 gramos de ámbar de notable calidad.

En la primera investigación se ha constatado la presencia de numerosas incursiones biológicas, tanto vegetales como de invertebrados, así como una nueva especie de ácaro, que ya está estudiando uno de los principales expertos en ese campo, Antonio Arillo, de la Universidad Complutense de Madrid.

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