_
_
_
_
_

Fritzl planeó el encierro de su hija seis años antes

Fritzl lo tenía todo calculado. Construyó en 1978 el sótano donde encarceló seis años después a su hija Elisabeth, según confirmó ayer la policía austriaca. Allí abusó sexualmente de ella y tuvo con ella siete hijos, tres de los cuales permanecieron en el sótano hasta que el monstruo de Amstetten fue detenido hace dos semanas.

El zulo estaba resguardado por ocho puertas y varios mecanismos electrónicos instalados por Fritzl. Lo contó el jefe de la policía regional de Baja Austria, Franz Polzer, en una comparecencia ante la prensa en Zeillern, en la que dio nuevos detalles sobre el terrible encierro. Por ejemplo, que la principal habitación subterránea, en la que Elisabeth estuvo recluida durante los primeros nueve años de su calvario, tenía 35 metros cuadrados. En el año 1993 y tras el nacimiento del cuarto hijo fruto de las relaciones incestuosas, el acusado amplió el calabozo subterráneo debajo de su casa hasta unos estimados 55 metros cuadrados, agregó Polzer.

Más información
Historia de un secreto terrible
Fritzl colocó una lámpara ultravioleta para compensar la falta de luz natural en el zulo
El abogado defensor de Fritzl recibe amenazas
Fritzl: "No soy un monstruo. Podría haberlos matado a todos"

Puerta de 500 kilos

Josef Fritzl encerró en 1984 a su hija que tenía entonces 18 años y la violó sistemáticamente. Nacieron siete hijos en ese sótano, de los que uno murió a los tres días. A la primera habitación se accedía durante los primeros nueve años a través de una puerta que pesaba unos 500 kilos, pero posteriormente fue reemplazada por otra más liviana.

El monstruo de Amstetten dispensaba a sus víctimas píldoras de vitamina D para mitigar los efectos de la falta de luz solar. Les instaló además una lámpara de luz ultravioleta, lo que explica su aceptable condición física para haber permanecido encerrados durante tanto tiempo, según el médico de la familia, Berthold Kepplinger. El responsable del centro para pacientes especiales de Amstetten-Mauer confirmó este extremo. El estado de Elisabeth y dos de su hijos encerrados es incluso mejor de lo esperado, dijo. No se encuentra tan bien Kerstin, la mayor de las hijas nacidas en el zulo. Sigue en estado estable pero grave, y con pronóstico incierto.

Fritzl comparecerá por primera vez ante la juez encargada del caso el miércoles próximo. Por el momento, no han trascendido muchos detalles de su estancia en prisión. Sólo que no ha causado problemas y que no quiere hacer ejercicio, por lo que explicó el jefe de la cárcel donde Fritzl se encuentra preso.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_