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La violación de una menor alerta del riesgo de los 'ciberacosadores'

Una chica de 16 años contactada por Tuenti sufre una agresión sexual en Cádiz

La violación sufrida en Cádiz por una chica de 16 años a manos de un hombre de 33 años con el que había contactado a través de la red social Tuenti alerta una vez más sobre los peligros de Internet y, sobre todo, de la proliferación de ciberacosadores que captan a sus víctimas en estos foros.

El juez decidió ayer prorrogar el arresto de un vecino de Chiclana (Cádiz), detenido por violar presuntamente a una chica de 16 años con la que había contactado a través de Tuenti. La agresión fue denunciada a principios de noviembre del pasado año y la Guardia Civil detuvo el pasado lunes al presunto autor, un corpulento portero de discoteca.

La denunciante y su agresor se habían hecho amigos tras semanas de conversaciones en Tuenti y en el correo electrónico. Así él se había ganado su confianza y ella aceptó darle imágenes e información confidencial. Entonces el hombre comenzó sus amenazas. Quería a toda costa una cita con ella. La joven se resistía y él la chantajeó. Si no accedía, los datos que ella le había suministrado por la Red llegarían a sus seres queridos. Así que ella aceptó una cita. Él la recogió en un coche y la violó en un descampado.

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La denuncia de la chica ante la Guardia Civil de Chiclana abrió una investigación en la que participó el Equipo Mujer-Menor del instituto armado junto con el Grupo de Delitos Telemáticos.

La Brigada de Investigación Tecnológica (BIT) tiene una unidad dedicada a combatir a estos depredadores. "Cada vez hay más denuncias, entre otras cosas porque los padres tienen ahora más confianza con sus hijos o hijas y así acaban enterándose del chantaje sexual que están sufriendo", dice un mando policial.

El grooming o acoso a los menores suele ser protagonizado por adultos que, tras ganarse la amistad o la confianza de aquellos a través de Internet, obtienen satisfacción sexual mediante imágenes eróticas del propio menor que éste facilita inconscientemente o bajo amenaza. A veces, como ha ocurrido ahora con la niña de Cádiz, estas maniobras pueden ser preparatorias de un encuentro sexual con violación incluida.

En octubre pasado, la BIT detuvo en Puerto Real (Cádiz) a un "agresivo ciberacosador" que llegó a ocasionar el suicidio de Tiri, un niño de Estonia, de 11 años. El ciberacosador, de 22 años, se hacía pasar por una adolescente. Así se ganó la confianza del chiquillo, que le envió unas fotos de sí mismo semidesnudo. Pero el acosador quiso imágenes más fuertes. Cuando el pequeño estonio se negó a sus deseos, el chantajista gaditano distribuyó por e-mail las fotos comprometidas entre los amigos de Tiri. Ante la vergüenza insuperable, éste se pegó un tiro con una pistola de su abuelo.

El pasado verano, la policía detuvo a Jorge M. C., un estudiante de informática de 23 años, acusado de tener sometidas a un férreo asedio a 250 adolescentes. Una de ellas, madrileña, estaba tan desesperada que escribió a su madre una carta en la que confesaba: "Mamá, no aguanto más. La única salida que veo es suicidarme". El acosador pasaba 18 horas diarias de cacería ante el ordenador.

Un policía explica: "Las redes sociales, como Facebook, Tuenti y otras similares son el principal caladero de los ciberacosadores. También lo son las páginas web de concursos de adolescentes que cuelgan allí fotos sexy y pugnan por ser elegidas las más guapas por los internautas".

El procedimiento de captación de las víctimas suele ser el mismo en casi todos los casos. Localizada una chica que encaja con sus gustos libidinosos, el ciberdepredador le envía un mensaje -haciéndose pasar por una adolescente- en el que solicita a la víctima su dirección de correo electrónico para poder mantener una charla más privada a través del programa de mensajería Messenger.

Los hostigadores son expertos en informática. Saben cómo enviar troyanos capaces de infiltrarse en el disco duro de las víctimas y así acceder a todos sus correos, textos y fotos. Con esa información en su poder, es fácil dominar y tener controlada una menor.

Los <i>ciberacosadores</i> empiezan ganándose la confianza de sus víctimas por Internet.
Los ciberacosadores empiezan ganándose la confianza de sus víctimas por Internet.TEJEDERAS

Chantaje en la Red

- Mayo de 2007.La policía detiene a M. A. S. Q., de Lima (Perú), de 32 años, acusado de robo de contraseñas, coacciones y abusos sexuales. El acusado guardaba 741 direcciones de correo electrónico, más sus respectivas contraseñas, de chicas de entre 8 y 14 años de diversas nacionalidades. Ocho de ellas eran españolas.

- Marzo de 2008.Javier Mendoza Navarro, un peruano de 29 años, es detenido por extorsión y exhibicionismo sexual a menores. Bajo el alias Tuchicolindo entraba en contacto con menores a las que chantajeaba para que se desnudaran ante su webcam. En ocasiones también extorsionaba económicamente a sus familias.

- Abril de 2008. La policía detiene a seis personas (cinco en Canarias y una en Madrid) que presionaban a menores para que se quitaran la ropa ante la cámara web.

- Junio de 2008. Como parte de la Operación Lobos, la policía arresta a un estudiante madrileño por acosar y chantajear a seis menores.

- Noviembre de 2008. Dos adolescentes de Vigo denuncian que un desconocido con el que entablaron conversación por Internet les ofreció recargarles el móvil con 20 euros a cambio de que se desnudaran ante la cámara del ordenador.

- Febrero de 2009. La Guardia Civil detiene por ciberacoso infantil a un hombre de 67 años, de El Vendrell (Tarragona), que se hacía pasar en Internet por un adolescente apodado Joselito.

- Junio de 2009. Ingresa en prisión un hombre de 23 años natural de Chipiona (Cádiz) por engañar y chantajear a 250 personas, la mayoría mujeres y menores. Usaba hasta 12 personalidades distintas para engañar a sus víctimas.

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