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Reportaje:FUERA DE RUTA

Aventuras sostenibles

Dos campamentos para turistas en Kenia impulsan proyectos de desarrollo local

Isidoro Merino

Cada año, entre junio y octubre, durante la estación seca, cerca de un millón de ñúes y 800.000 cebras y gacelas emprenden un dramático viaje de casi 2.000 kilómetros desde las llanuras del Serengueti (Tanzania) hasta los pastos frescos de Kenia. En el camino, los rebaños de herbívoros han de vadear el río Mara y afluentes como el Kirawira, donde son acechados por los cocodrilos, un festín (se calcula que cada año son devorados unos 100.000 animales) en el que también participan leones y hienas. Tras sus pasos, además de los depredadores, viajan cientos de turistas ávidos de presenciar el salvaje espectáculo.

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Alrededor del Mara y la Gran Migración han surgido varios proyectos de turismo sostenible. Iniciativas como el Cheetah Tended Camp (www.cheetahtentedcamp.com), un campamento turístico dirigido por los españoles Jorge Alesanco y Mariola Liberal. Ambos viajaron a Kenia hace seis años en busca del "sueño africano". Primero, como turistas; más tarde, como impulsores de la fundación Kenya Cheetah Foundation, dedicada a la protección del guepardo en la región, y como colaboradores del hospital de Aitong.

Desde entonces cooperan estrechamente con las comunidades masai de la zona, sobre todo en proyectos de escolarización. Para poder financiar su labor, hace un año levantaron el Cheetah Tended Camp, un alojamiento de lujo para turistas junto al río Mara. El campamento está formado por dos tiendas de 150 metros cuadrados cada una, más una suite, la Tree Top, de 300 metros cuadrados. La agencia Ganesha (www.ganesha-viajes.es) organiza viajes de 15 días a Kenia con estancia y actividades en el Cheetah Tended Camp, desde 2.220 euros por persona, ya sumadas las tasas.

En territorio masai

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Detrás de otro de los proyectos, el Maji Moto Cultural Camp, están dos nativos, Hellen Nkuraiya y Salaton Ole Ntutu, el jefe del poblado. Además de alojarse en el campamento, los viajeros pueden conocer durante su estancia algunas de las costumbres masai, darse un chapuzón en las termas de agua caliente que dan nombre al poblado o participar en un safari nocturno. Los ingresos generados por los turistas revierten en mejorar las instalaciones sanitarias y de agua corriente, y en el mantenimiento de la escuela local y un centro de acogida para viudas y muchachas víctimas de matrimonios concertados o de mutilaciones genitales, dos lacras frecuentes en sociedades patriarcales como la masai. La agencia Kananga (www.kananga.com) incluye la estancia en Maji Moto dentro de su circuito "de aventura" Memorias de África. Desde 1.645 euros por persona (más tasas y visado; consultar en la agencia).

El Maji Moto Cultural Camp en Kenia, regentado por dos masai.
El Maji Moto Cultural Camp en Kenia, regentado por dos masai.HELEN & SALATON

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Sobre la firma

Isidoro Merino
Redactor del diario EL PAÍS especializado en viajes y turismo. Ha desarrollado casi toda su carrera en el suplemento El Viajero. Antes colaboró como fotógrafo y redactor en Tentaciones, Diario 16, Cambio 16 y diversas revistas de viaje. Autor del libro Mil maneras estúpidas de morir por culpa de un animal (Planeta) y del blog El viajero astuto.

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