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El acento
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

De Mandela a Malala

La joven paquistaní logra la práctica unanimidad europea al recibir el Premio Sajarov por su defensa de los derechos humanos

MARCOS BALFAGÓN

A lo largo de 25 años, el Premio Sajarov le ha costado más de un disgusto al Parlamento Europeo. No siempre los premiados son del agrado de todos, sobre todo si se tiene en cuenta que se suele galardonar a disidentes políticos, a gente incómoda para el oficialismo. Ayer, sin embargo, se alcanzó en el hemiciclo europeo la práctica unanimidad a favor de la persona elegida: la joven paquistaní Malala Yousafzai, que hace solo un año se debatió entre la vida y la muerte al ser tiroteada en la cabeza por un talibán soliviantado por su manía de ir a la escuela.

Malala Yousafzai empezó a ser conocida en el mundo anglosajón por su blog, que patrocinaba la BBC, en el que defendía el derecho de las niñas a recibir educación. En octubre de 2012 se empezó a hacer globalmente famosa mientras los cirujanos intentaban salvar su vida. La suya es una existencia corta todavía, pero llena de duras emociones desatadas por unos talibanes demasiado parecidos en su país a los monstruos que aterrorizan a niños y mayores.

La Europa agitada por los náufragos de Lampedusa y una crisis de deuda demoledora se dio ayer un respiro de unidad aplaudiendo la valentía de Malala Yousafzai, en torno a la cual las estrellas parecen haberse alineado para que la fiesta sea feliz y casi completa. Porque hoy, esta madura adolescente ya prácticamente recuperada de sus heridas, es un icono mundial de los derechos a la educación; justo hoy, que se celebra el Día Mundial de Las Niñas con una campaña denominada Por ser niña. El objetivo es acabar con la discriminación de género que afecta a millones de adolescentes.

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Pocas veces ha habido en la Eurocámara tanta unanimidad en torno al Premio Sajarov. Solo los héroes indiscutibles, como la propia Malala o la opositora birmana Aung San Suu Kyi —media vida presa por sus ideas, que ni siquiera pudo recoger el galardón en su momento— producen tal efecto. Ahora, con esta paquistaní que conmovió al mundo con su vibrante discurso en la ONU, el Premio Sajarov cumple 25 años cerrando una etapa que abrió otro premiado indiscutible en 1988: Nelson Mandela.

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