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Granada corta el grifo a su ‘botellódromo’

Cierra el espacio concebido en 2007 por el Ayuntamiento para evitar el consumo de alcohol en las calles

Jóvenes en la fiesta de la primavera en el 'botellódromo' de Granada, en 2013.Foto: reuters_live | Vídeo: M. ZARZA / ATLAS
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Mayo de 2007, fecha que ha quedado marcada en el calendario de Granada por ser cuando el gobierno liderado por el exalcalde José Torres Hurtado (PP) puso en marcha el proyecto de habilitación de una plaza para la ingesta de alcohol a la que se llamó botellódromo. Casi una década después, esa iniciativa ha sido clausurada este jueves en una de las primeras medidas de los socialistas al llegar al gobierno, consensuada con el resto de formaciones de la oposición. Ha quedado cerrado el consumo de alcohol en el espacio del botellódromo a partir de este 1 de septiembre, ante la llegada masiva de los universitarios a Granada y el inicio del curso escolar.

Los años 2009 y 2010 fueron especialmente delicados, ya que el aumento de la presencia de menores de edad y los problemas derivados de vandalismo e insalubridad agravaron el malestar de los vecinos. Los residentes del barrio de Méndez Núñez, donde está ubicado el recinto, crearon una plataforma instando al Ayuntamiento a prohibir la aglutinación de jóvenes para la consumición de bebidas alcohólicas. La denuncia fue manifestada desde entonces también por los grupos municipales del PSOE e IU. Los portavoces de ambas formaciones, Francisco Cuenca y Francisco Puentedura, llevaron a pleno en más de una ocasión la petición de que fuera inhabilitado el recinto. El PP explicaba entonces que la única solución para evitar botellones en las calles de Granada era esta.

“Creo que no lo voy a echar de menos. Últimamente, el botellódromo empezaba a dar grima. Solo iba gente conflictiva y estaba muy sucio”, explica Lucía Cortés, estudiante de Medicina de la Universidad de Granada. En la mañana de este miércoles, la concejal de Protección Ciudadana, Raquel Ruz, se reunía con la Junta Local de Seguridad para ultimar los detalles del operativo que concentrará a 25 agentes para evitar que se celebre cualquier botellón en la zona. Otra de las iniciativas del PSOE de Granada será impedir la celebración de botellones en pisos de alquiler. Para ello, otros 25 agentes se encargarán de reforzar la vigilancia obligando a los vecinos del edificio a que se pueda identificar a los inquilinos que celebren un botellón y también al dueño del inmueble, que será el responsable.

El botellódromo se aprobó en 2007 después de tres años en los que la concentración de jóvenes bebiendo alcohol en las calles de Granada durante los festejos del Día de la Cruz, y a lo largo de cada fin de semana, alterara el descanso y la seguridad de los ciudadanos. “Granada era un estercolero, todos los jóvenes corrían borrachos por las calles y sin ningún control”, cuenta José Manuel Díaz, vecino del barrio de San Agustín.

En el barrio de la Plaza de Toros, Plaza Nueva o el recorrido del Paseo de los Tristes se congregaban miles de jóvenes que superaban cada año el número de asistentes. Problema que llevó al PP de Granada a facilitar una nueva ubicación cercana a la Huerta del Rasillo, a escasos metros de la salida a la circunvalación, en el que se pudiera beber alcohol cualquier día de la semana. Esta iniciativa municipal convirtió el botellódromo de Granada en una referencia nacional que permitía beber alcohol al aire libre sin ningún tipo de impedimento legal. El año 2007 fue la primera gran puesta de largo para este espacio, en el que se reunieron 30.000 jóvenes con motivo de la fiesta de la primavera.

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El primer día de la estación primaveral suponía que estudiantes de la Universidad de Granada y otros procedentes de distintas ciudades de España se concentrasen desde primera hora de la mañana con el propósito de beber alcohol. “Hasta que el cuerpo aguantara, eso era la fiesta de primavera. No creo que lo eche de menos”, cuenta Jesús Sánchez, estudiante de la universidad.

Tras la medida adoptada este jueves, el Ayuntamiento de Granada busca ahora ultimar una serie de alternativas, muchas de ellas orientadas al deporte, para darle otro uso a un espacio cuya polémica ha incrementado cada año. 

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