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El hundimiento de los liberales da un vuelco a Alemania

La salida del Bundestag del tradicional partido bisagra condiciona la política de Merkel, que hasta ahora se apoyaba en el FDP para gobernar

El presidente del Partido Liberal (FDP), Philipp Rösler.
El presidente del Partido Liberal (FDP), Philipp Rösler.BRITTA PEDERSEN (EFE)

Los aplausos por su histórica victoria electoral de hace una semana fueron un preludio festivo a varias semanas complicadas para la canciller Angela Merkel, que busca un socio para gobernar Alemania en la nueva legislatura. La democristiana se quedó a las puertas de una insólita mayoría absoluta en la Cámara baja. Ahora tantea al socialdemócrata SPD, que el viernes aceptó entablar los primeros contactos para negociar una posible gran coalición como la que Merkel presidió entre 2005 y 2009. El paisaje parlamentario postelectoral es novedoso, lo mismo que el equilibrio de fuerzas entre los partidos fuera del hemiciclo. Las elecciones que le dieron su tercer mandato a Merkel revelaron algunos cambios drásticos en la política alemana.

El más espectacular es el hundimiento de los liberales del FDP. La formación ha sido el principal partido bisagra de la República Federal y estuvo presente en todos parlamentos federales desde su fundación en 1949. La caída a las ligas regionales de los socios de Gobierno de Merkel resulta tanto más espectacular por cuanto el FDP venía de su mejor resultado electoral, el 14,6% de los votos que cosecharon en las elecciones de 2009.

El FDP ha sido socio minoritario de diversos Gobiernos de centroizquierda o de centroderecha. El domingo pasaron de ocupar ministerios clave como el de Exteriores a participar solo en los Ejecutivos regionales de Hesse, en funciones desde el domingo, y Sajonia. La debacle política puede ilustrarse en números: 64 años en el Bundestag, 46 de ellos en varios Gobiernos federales, 93 diputados en la última Cámara. La ley alemana exige que un partido obtenga el 5% de los votos para acceder al Bundestag. El FDP se quedó en el 4,8%.

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Christian Lindner, que se perfila como nuevo líder del FDP, tendrá que recomponer sus filas evitando una deriva populista o euroescéptica. Casi medio millón de los votos que obtuvo el FDP en 2009 se fueron al nuevo partido antieuro Alternativa Para Alemania (AFD).

El 4,7% que obtuvo el populista AFD es la otra gran novedad del domingo. Aunque es un resultado excelente, el 41,5% de los votos obtenido por Merkel no le habría dado la amplia mayoría que tiene en el Bundestag si el FDP hubiera entrado en la Cámara. Tanto liberales como euroescépticos se quedaron a un par de décimas de lograrlo. Unos siete millones de alemanes votaron a partidos que no lograron representación. Esto favoreció a la CDU de Merkel y la dejó a solo cinco escaños de la mayoría absoluta en la Cámara. Merkel se enfrenta ahora al reto de neutralizar el auge euroescéptico antes de las elecciones europeas de mayo de 2014. Se trata de hacer valer la vieja máxima democristiana de no dejar espacio a ningún partido a la derecha de CDU y CSU.

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La mitad de los alemanes quiere una nueva gran coalición como la de 2005, según una encuesta publicada el viernes en la cadena de televisión pública ARD. El 48% quiere que los democristianos (CDU y CSU) vuelvan a pactar con los socialdemócratas del SPD. El 18% favorece un acuerdo entre democristianos y Los Verdes. El 16% preferiría un tripartito entre SPD, Los Verdes y el partido La Izquierda (Die Linke). También Merkel prefiere un pacto con el SPD, que le va a presentar una cuantiosa factura a cambio de su apoyo.

Días antes de que comiencen los contactos para las posibles negociaciones de coalición, la edición dominical del Frankfurter Allgemeine publica que el SPD exigirá seis ministerios clave, entre ellos Hacienda, Familia y Trabajo. Este último quedaría en manos del presidente del SPD, Sigmar Gabriel, que además sería vicecanciller. Los socialdemócratas acordaron el viernes que consultarán a las bases sobre el hipotético acuerdo de Coalición antes del Congreso Federal que quieren celebrar en Leipzig en noviembre.

Además de evaluar el precio de una posible coalición con Merkel, los socialdemócratas deberán establecer las condiciones para alentar el diálogo con el partido La Izquierda (Die Linke), que es la tercera fuerza política del Bundestag. Los líderes del SPD descartan pactar un tripartito con Die Linke y Los Verdes en la legislatura que empieza, pero tratarán de sentar las vías de acuerdo en el futuro. Los Verdes, mientras tanto, debatieron el sábado en una convección en Berlín cómo abrirse al diálogo con la CDU y con Die Linke.

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