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‘Guerra’ de comunicados entre Honduras y El Salvador por la isla de Conejo

San Salvador denuncia la “ocupación militar” del islote mientras crece la tensión en el disputado golfo de Fonseca

El Salvador y Honduras arrecieron este lunes la guerra de notas diplomáticas y comunicados, por la diferencias que mantienen sobre la soberanía de la diminuta isla de Conejo, en el disputado  golfo de Fonseca, situado en el litoral Pacífico.

En un informe que distribuyó a mediados de la mañana del lunes, El Salvador denunció la “ocupación militar, ilegal y de facto” de tropas de Honduras desde 1993 en Conejo, de 0,5 kilómetros cuadrados, exigió la “desocupación inmediata” de la isla y expresó su “profunda preocupación” porque Tegucigalpa vinculó la decisión salvadoreña de comprar 10 aviones de guerra a Chile con el litigio territorial bilateral.

Conejo pertenece a El Salvador, reafirmó la cancillería salvadoreña en un comunicado entregado a EL PAÍS. El documento respondió a Honduras, que el jueves anterior advirtió que “la pretensión” de San Salvador al adquirir los aeroplanos, es imponer una “paz armada” y “rompe el balance de las fuerzas militares” en un “hipotético escenario bélico” por la disputa de Conejo, y ratificó que la isla le pertenece.

En una declaración que emitió a primera hora de la tarde del lunes, Honduras respondió que “rechaza categóricamente las pretensiones de El Salvador sobre la supuesta disputa insular” y argumentó que “es un tema resuelto definitiva e inapelablemente” por una sentencia de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), en La Haya, en septiembre de 1992. Conejo está ocupada por tropas hondureñas.

Honduras “considera que la etapa de la negociación diplomática”, de las gestiones de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de la resolución judicial “ya están superadas”, por lo que “solo queda” ejecutar el fallo de la CIJ, del que aseguró que “aceptó, cumple y honra”. Pese a que El Salvador pidió revisar el veredicto, la Corte “declaró inadmisible esa demanda de revisión”, subrayó.

En una sentencia de septiembre de 1992 sobre los diferendos limítrofes de Honduras y El Salvador que en 1969 provocaron, en medio de conflictos migratorios, el estallido de una guerra de 100 horas entre ambas naciones -la “guerra del fútbol”-, la Corte ratificó la soberanía hondureña en La Isla del Tigre y la salvadoreña en las islas Meanguera y Meanguerita. Pero la posesión de Conejo sigue generando disputas de los dos países, que la reclaman como parte de su territorio.

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En su comunicado, El Salvador instó a la comunidad internacional a “diferenciar las iniciativas dirigidas a modernizar la institución castrense”, con la compra de aeronaves usada por 8,5 millones de dólares a Chile firmada el pasado 31 de octubre, de la sentencia de la CIJ del pleito “fronterizo, territorial, insular y marítimo” entre ambos países. “Y, sobre todo, a separarla del justo reclamo que hace el gobierno de El Salvador contra la ocupación militar, ilegal y de facto que desde 1983 realiza el Gobierno hondureño, sobre la Isla Conejo, parte del territorio salvadoreño cuya soberanía es respaldada y sustentada por documentación histórica, jurídica y geográfica”, añadió.

“El Salvador reitera firmemente su soberanía sobre la isla y demanda la desocupación inmediata de la misma”, agregó, al recordar que Conejo “nunca estuvo en disputa” en la Corte y que “su estatus jurídico no fue afectado” por la sentencia de 1992.

Tras abogar por el “cumplimiento en forma integral” del fallo, San Salvador recordó que “conforme a su vocación y compromiso de paz”, ha solicitado a Honduras ”abordar estos temas a través del diálogo y el entendimiento diplomático, haciendo uso de los acuerdos regionales ya establecidos”, por lo que aprovechó para “renovar este llamado”.

“El Salvador expresa su profunda preocupación ante las declaraciones vertidas por funcionarios y exfuncionarios del Gobierno de Honduras con relación a las modestas iniciativas para fortalecer las fuerzas armadas salvadoreñas, un tema de exclusivo interés interno del pueblo y Gobierno de El Salvador”, alegó.

La iniciativa de comprar a Chile un lote de 10 aeronaves usadas A-37, fabricadas en Estados Unidos, “da cumplimiento al mandato constitucional de contar con unas fuerzas armadas permanentes y profesionales”, recogido en los Acuerdos de Paz firmados en México en 1992 y que pusieron fin a 12 años del conflicto bélico salvadoreño, puntualizó. El Salvador, al igual que Honduras, ha informado al secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, sobre el desarrollo de los hechos.

Honduras advirtió que acudirá a una reunión con Nicaragua y El Salvador, el próximo viernes en Panamá, pero “para discutir los avances del proyecto de desarrollo del Golfo de Fonseca con la cooperación de la Unión Europea”, porque tampoco será un encuentro “para abordar temas de soberanía”.

La canciller hondureña, Mireya Agüero, declaró que “efectivamente (en) estos movimientos armamentistas (por parte de El Salvador) está la posibilidad de querer crear un escenario bélico e hipotético en el Golfo”, lo que entorpecería la posibilidad de resolver la delimitación en ese área.

La controversia sobre Conejo se complicó en septiembre de este año, cuando El Salvador protestó ante Honduras porque los hondureños realizaron en esa isla un acto para celebrar el 192 aniversario de la independencia de España.

El golfo de Fonseca, que está bajo dominio compartido de Honduras, El Salvador y Nicaragua y tiene una extensión de 3.200 kilómetros cuadrados, con 32 islas e islotes, ha resurgido desde 2012 como foco de constantes tensiones y pugnas. Pescadores salvadoreños y nicaragüenses han denunciado hostilidad de militares hondureños y pescadores hondureños acusan de acoso a tropas nicaragüenses y salvadoreñas.

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