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RUBÉN MOREIRA | GOBERNADOR DEL ESTADO DE COAHUILA

“A veces el Estado es incapaz de abrazar a las víctimas”

El hallazgo de 300 restos óseos presiona al Gobierno de Coahuila, que busca a 1.600 desaparecidos tras los estragos de la guerra contra el narcotráfico

Rubén Moreira, gobernador del Estado de Coahuila
Rubén Moreira, gobernador del Estado de CoahuilaPradip J. Phanse

El Gobierno mexicano ha asestado varios golpes maestros contra el narcotráfico. En menos de un año ha descabezado al cartel de los Zetas, al del Golfo y al poderoso cartel de Sinaloa. El número de muertes ha seguido disminuyendo después de la curva creciente del periodo entre 2006 y 2012, en los que la guerra contra el narco segó más de 60.000 vidas, pero hay un tema en el que la administración de Enrique Peña Nieto sigue en la casilla de salida. ¿Dónde está la justicia para los desaparecidos? Las cifras oficiales hablan de más de 26.000 personas a las que se perdió el rastro en el sexenio de Felipe Calderón (2006-2012).

Hay reportes de personas que fueron “levantadas”, como se conocen a estas víctimas, en Tamaulipas, Chihuahua, Michoacán, Guerrero, Jalisco, Veracruz y varios estados más. Y en Coahuila, donde el gobierno de esa zona fronteriza con Estados Unidos, escenario del brutal y sangriento enfrentamiento entre carteles, ha emprendido un operativo para buscar a los desaparecidos. Solo en el territorio coahuilense, de tres millones de habitantes, faltan 1.600 ciudadanos. En enero hubo ahí una búsqueda especial, que se centró en los alrededores del municipio de Allende, donde se localizaron varios campos con restos óseos y bidones como los que usan los criminales para calcinar a sus víctimas hasta reducirlos a cenizas. El gobernador, Rubén Moreira, entrevistado por EL PAÍS, ha cifrado en 300 el número de restos recogidos, pero no se sabe a cuántas personas pertenecen.

El hallazgo de Allende podría corresponder a la mayor masacre ocurrida en México en los últimos años. Las versiones que se han dado a cuentagotas en algunos medios mexicanos señalan que la matanza pudo haber ocurrido después de que un par de delincuentes de los Zetas robaran parte del botín de la organización, unos cinco millones de dólares, y huyeran a Estados Unidos. Como represalia, algunos miembros del cartel habrían entrado al pueblo, arrasado con varias viviendas y secuestrado en camiones a familias enteras ante la mirada de autoridades municipales y vecinos. Nunca se volvió a saber nada de ninguno de los secuestrados.

El apellido Moreira ha marcado durante nueve años la vida política de Coahuila. El menor de los hermanos, Humberto, llegó al poder en 2005 y durante sus años de mandato se desató la violencia en el Estado como consecuencia de la guerra contra el narcotráfico lanzada por el expresidente Calderón y por la lucha que el sanguinario cartel de los Zetas emprendió con sus rivales en la zona.

Nos dimos cuenta de que hay mucha gente a la que nadie busca por miedo

Rubén (Coahuila, 1963) recibió el testigo en 2011 y desde su llegada ha prometido trabajar a favor de los derechos humanos y de la búsqueda de desaparecidos; como muestra de ello creó la primera subprocuraduría estatal especializada en personas no localizadas. Su Gobierno entrevistó en la cárcel al Z-40, el líder de los Zetas hasta su detención en junio de 2013 en Tamaulipas por el Gobierno federal. Quería obtener información sobre fosas y matanzas perpetradas por los criminales.

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El hallazgo en Allende le ha costado la buena relación que tenía con los familiares de las víctimas. Una televisora estadounidense emitió un reportaje, donde según el Gobierno, se usaron imágenes falsas de restos, como cráneos, tomadas en otras fosas halladas en México. Los familiares, agrupados en una organización llamada FUNDEC (Fuerzas unidas por nuestros desaparecidos en Coahuila), rompieron relaciones porque pensaron que la administración estaba ocultando información sobre el operativo de búsqueda. El gobernador asegura que estas cosas suelen suceder cuando se trata con deudos y tiene esperanza de que pronto se recuperen las relaciones.

Rubén Moreira ofrece en esta entrevista, realizada el jueves pasado, en la que también estuvo presente el secretario de Gobierno Armando Luna, su diagnóstico sobre los desaparecidos en su estado.

Pregunta. Amnistía Internacional visitó Coahuila para observar el fenómeno de los desaparecidos y la atención a las víctimas. ¿Cómo fue la visita?

Respuesta. Estimo que la hicieron porque nosotros estamos buscando a las personas y tenemos interacción con el grupo de Fundec (una organización de familiares de personas desaparecidas). Fundec es un grupo que yo comprendo y respeto. A veces el Estado es incapaz de abrazarte y ellos, que se juntan tanto, pueden conseguir ese abrazo.

Yo te puedo contar cómo son los operativos, pero eso puede causar una gran cantidad de dolor a las familias de las víctimas

P. ¿Qué está haciendo usted por los desaparecidos?

R. En México la desaparición no es ideológica, no es como la de Sudamérica o la de España. Además no es el Estado el que está desapareciendo a la gente. Acá la desaparición es esencialmente producto del crimen organizado y ellos no dejan ninguna información que permita hacer las búsquedas. Eso no quiere decir que alguna autoridad no haya participado en las desapariciones, eso no se puede negar. Fundec es una organización de la gente que tiene la suerte de que alguien los busque, pero nos dimos cuenta de que hay mucha gente a la que nadie busca por miedo, porque no sabían que estaba desaparecido o por lo que sea. Una de las primeras disposiciones que tomé es que toda noticia que tengamos de alguien que desapareció vamos a apuntarla. Eso sumó alrededor de 3.500 personas, y a partir de ahí empezamos la búsqueda hasta que el número se cerró en poco más de 1.600. El resto o los encontramos o nunca se perdieron o habían huido de una zona de conflicto, como por ejemplo de Allende. Nosotros tenemos que buscar a las 1.600 personas, no solo a las 120 que representa Fundec.

P. En enero hubo un gran operativo en la zona de Allende. ¿Qué pasó en ese municipio?

R. Allí el crimen trató de borrar huellas y eso requiere de mucha investigación y de mucho cuidado. Nosotros buscamos a las personas inicialmente vivas pero en Allende hubo violencia... Eso se suscitó antes de que yo fuera gobernador. Empezamos por recolectar información y preparamos el operativo de búsqueda durante dos meses. Se pidió apoyo a la Marina, al Ejército y a la Policía federal y científica, porque estaba la probabilidad de encontrar restos.

P. Qué en un pueblo tan pequeño hayan desaparecido 300 personas se trata de una matanza.

La gente que se reporta como desaparecida la estamos encontrando. Se les recupera incluso del crimen organizado.

R. La cifra exacta no la tenemos todavía. Se ha empezado a reportar gente que estaba dada por desaparecida y que está en EE UU, nos han hablado por teléfono. La investigación no se para hasta que no tengamos a las personas y a los responsables. Va a seguir habiendo muchas cosas ahí. En los restos encontrados no había restos muy grandes y tampoco puedo decir por ahora que todos sean humanos.

P. ¿Pero qué fue lo que pasó allí?

R. Las hipótesis se están construyendo y yo no te las diría. La narrativa se va a construir y se va a dar a conocer al girar las órdenes de aprehensión. Hay hipótesis que ya han aparecido en la prensa, como la de una rivalidad delincuencial que lleva a una venganza sobre las familias de alguien que tenía una diferencia con ellos.

P. ¿Con quién?

R. Con Los Zetas, pero esto es una hipótesis.

P. Ya han pasado casi tres años, ¿no son muchos para una investigación?

R. Sí, claro.

P. ¿Por qué no se empieza a hablar hasta ahora de ese caso?

R. No, no, no. Yo lo he hablado desde hace tres años. Yo soy gobernador desde hace dos y puse la denuncia para empezar la investigación. Yo no descarto la hipótesis [la del robo de los cinco millones de dólares y la venganza de los Zetas] que todo el mundo ha mencionado, pero yo no te puedo decir que esa sea la final porque sería muy aventurado.

P. ¿Hay alguna intención del Gobierno de ocultar lo que pasó en Allende?

R. No, jamás. Al contrario.

Las desapariciones en Allende, también hay que decirlo, no fueron en el Gobierno de mi hermano

P. ¿Por qué entonces la información fluye tan poco?

R. Es el cuidado que hay que tener. Yo te puedo contar cómo son los operativos, pero eso puede causar una gran cantidad de dolor al que lo lea. Yo creo que las familias de Fundec [que rompieron el diálogo con el Gobierno] actuaron correctamente. Ver eso en la tele… ¡yo también me habría alarmado! Pero no hemos ocultado nada. (Interviene el secretario de Gobierno): Se hallaron alrededor de 300 fragmentos y en este momento, según la policía científica, es imposible determinar si todos corresponden a un solo origen o si son todos distintos.

P. En el operativo de búsqueda de la zona de Allende sí se picó la tierra para hallar restos...

R. Pero yo eso no lo quiero decir públicamente por las familias. ¿Por qué se hace eso? Para que salga el olor y los perros puedan olerlo. Y así se hizo, con la policía científica. En la última reunión con las víctimas yo sí les dije que tienen derecho a saber todo.

P. ¿Asume usted que falló en algo? ¿En el operativo, en la forma de comunicar?

R. No. Yo no hice nada. Y si salió mal pedimos disculpas. Yo no hago el operativo, lo hace la Procuraduría. Pero creo que ellos hicieron lo que les correspondía. La diferencia no surgió de ellos, surgió por un reportaje. Y comprendo por qué se enojaron las familias. Yo me hubiera enojado también. Como me enoja mucho que esté en el Internet la fotografía de un familiar mío muerto en consecuencia de una acción que yo hice.

P. ¿Cómo consecuencia de qué?

R. Es una historia que todo el mundo sabe en este país. Nosotros en la mañana tuvimos un abatimiento [las fuerzas de seguridad mataron a un sobrino del entonces líder de los Zetas, Heriberto Lazcano Lazcano] y en la tarde mataron a mi sobrino [al hijo de Humberto, su hermano]. Cuando pongo mi nombre en Internet aparece su fotografía.

La detención del Z-40 significó una disminución enorme de la violencia. Torreón llegó a tener 125 muertes en un mes. Hoy Coahuila, todo el estado, tiene 36 homicidios

P. ¿Hoy en día sigue desapareciendo gente en Coahuila?

R. (Secretario de Gobierno): Ha disminuido la cifra muchísimo pero lo que yo resaltaría es que la gente que se reporta como desaparecida la estamos encontrando. Se les recupera, incluso del crimen organizado.

P. Al poco tiempo de llegar al Gobierno dijo que existían fuertes nexos entre las autoridades y el crimen organizado.

R. Si eso sucede serán castigados. Tampoco puedo, y mal haría, en señalar a una autoridad, sería violar sus derechos humanos.

P. No pone la mano en el fuego por todas las autoridades municipales del Estado.

R. Por nadie.

P. ¿Ni por su hermano?

R. Las desapariciones en Allende, también hay que decirlo, no fueron en su Gobierno. Y eso que tengo mucho, dos años, de no hablar con él. No meto las manos en el fuego por nadie, pero eso tampoco sucedió en ese sexenio.

P. ¿Las células de los Zetas de esas zonas siguen operando?

R. La violencia ha disminuido mucho. Y eso quiere decir que ha disminuido la presencia de la delincuencia. Seguramente siguen en su misma actividad, pero ya no es la misma que hace años. La detención del Z40 significó una disminución enorme de la violencia. Torreón llegó a tener 125 muertes en un mes. Hoy Coahuila, todo el estado, tiene 36 homicidios en un mes.

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