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Richard Branson: “Vamos a aprender de este fallo y seguir adelante”

El presidente de Virgin Galactic dice que su prioridad siempre ha sido la seguridad y promete completar el proyecto de los viajes espaciales privados a pesar del fatal acidente

Pablo Ximénez de Sandoval
Sir Richard Branson, en las instalaciones de Mojave.
Sir Richard Branson, en las instalaciones de Mojave.AFP

Sir Richard Branson, el presidente de Virgin Galactic, la compañía que se propone llevar turistas al espacio, prometió este sábado que su proyecto seguirá adelante tras el fatal accidente que el viernes costó la vida a un piloto de pruebas. El SpaceShipTwo, el prototipo de nave en el que se espera que se realicen viajes comerciales a una altura suborbital para ver la tierra desde el espacio, sufrió una "grave avería" durante un vuelo de prueba y se estrelló en el desierto de Mojave, a unos 150 kilómetros al nordeste de Los Ángeles, California. Un piloto de pruebas murió y el otro, que logró saltar en paracaídas, se encuentra hospitalizado grave.

"Entendemos los riesgos y no vamos a presionar para seguir adelante a ciegas, hacerlo sería un insulto para aquellos afectados por esta tragedia. Vamos a aprender de lo que ha salido mal, descubrir cómo podemos mejorar la seguridad, y seguir adelante juntos", dijo el empresario en una rueda de prensa a las 9.30 de la mañana en las instalaciones del Mojave Aerospace Port, las instalaciones donde la compañía realiza sus pruebas en el desierto de California. "Este es un momento muy difícil para nosotros en Virgin Galactic, The Spaceship Company y Scaled Composites (la empresa auxiliar del proyecto para la que trabajaba el piloto) y estamos con las familias de los valientes pilotos de Scaled y todos aquellos afectados por esta tragedia", dijo Branson.

Foto: atlas | Vídeo: ATLAS

El piloto ha sido identificado por la policía del condado de Kern como Michael Alsbury, de 39 años. Alsbury llevaba 14 años trabajando en Scaled Composites, la empresa que desarrolla la nave, como ingeniero y piloto de pruebas. Tenía más de 1.800 horas de experiencia en vuelo.

Tanto el presidente de Virgin como el presidente del Consejo de Seguridad de Transportes (NTSB) de EE UU, Christopher Hart, apuntaron que hasta el momento se desconocen por completo las causas del accidente. La investigación ha comenzado esta mañana, hora del Pacífico. Hart emplazó a una segunda comparecencia de prensa por la tarde para conocer algún dato.

"Estamos decididos a descubrir qué ha salido mal y trabajamos con las autoridades para conseguir esa información", dijo Branson. "Es demasiado pronto para que pueda añadir ningún detalle a la investigación en este momento".

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El accidente de la SpaceShipTwo llega solo dos días después de que se estrellara en Virginia, nada más despegar, un cohete de Orbital Sciences, otra de las compañías que pugnan en el incipiente mercado de los vuelos espaciales privados y que tiene un contrato de transporte de material con la NASA.

Secuencia de fotos en la que se ve al SpaceShipTwo separarse de la nave nodriza y explotar, el viernes durante un vuelo de prueba.
Secuencia de fotos en la que se ve al SpaceShipTwo separarse de la nave nodriza y explotar, el viernes durante un vuelo de prueba.AP

La industria aeroespacial privada, formada hace menos de una década por una decena de compañías que surgen del empuje de un puñado de millonarios, se enfrenta a uno de sus momentos más bajos en términos de confianza en el futuro inmediato. Después de una década de pruebas, Virgin Galactic estaba a punto de iniciar su primer vuelo comercial, entre este año y el próximo. 

La nave que se estrelló el viernes está pensada para llevar a dos pilotos y seis pasajeros hasta la estratosfera, a una altura suborbital, para tener la experiencia de viajar al espacio unos minutos. Un avión nodriza, llamado WhiteKnightTwo, lo remolca hasta una altura de 15.000 metros. Allí el SpaceShipTwo se separa, enciende sus propios cohetes y sube hasta 100.000 metros de altitud, una altura que sólo han visto astronautas.

El viernes, algo falló tras encender los cohetes. Kevin Mickey, presidente de Scaled, señaló el viernes que estaban probando por cuarta vez en vuelo una determinada combinación de combustibles que se había probado con éxito muchas veces en tierra.

Consciente de las dudas que una accidente como este plantea en inversores y clientes, Branson quiso este sábado comparar su proyecto con los primeros años de la aviación comercial y destacar que la seguridad ha sido siempre la prioridad de la compañía, y de ahí este tipo de pruebas. "Siempre hemos sabido que los viajes espaciales son un proyecto increíblemente difícil. Hemos hecho programas completos de pruebas y la seguridad siempre ha sido nuestra prioridad número uno. Este es el mayor programa de pruebas jamás realizado en la historia de la aviación comercial, precisamente para que esto no le pase al público", dijo Branson. "En los primeros años de la aviación comercial hubo incidentes. Después se hizo muy seguro", expresó el presidente de Virgin.

Más de 500 personas habían reservado ya billetes para ir al espacio con Virgin, con un precio de 200.000 dólares. Se trata de un mercado para millonarios, aunque Branson está convencido de que hay un futuro de precios más baratos para el turismo espacial. "Nos gustaría acabar lo que empezamos hace unos años", dijo ayer el empresario. "Todos nuestros astronautas quieren acabarlo. Millones de personas en el mundo quieren tener la oportunidad de ir al espacio". El presidente de Virgin Galactic garantizó que devolverá el dinero a cualquiera que haya hecho una reserva y se quiera echar atrás.

Branson habló de su proyecto en términos históricos, con el convencimiento de quien está haciendo realidad algo que solo estaba en la imaginación de unos pocos al comenzar el siglo. Así terminó su mensaje: "Creo de verdad que los grandes logros de la humanidad surgen de nuestro mayor sufrimiento. Este equipo es un grupo de personas entre las más valientes, brillantes, decididas y resistentes que yo haya tenido el privilegio de conocer. Estamos decididos a honrar la valentía de los pilotos y los equipos aprendiendo de esta tragedia. Solo entonces podremos seguir adelante, unidos tras el deseo colectivo de llevar más lejos la frontera del esfuerzo humano".

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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