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“Que nos hagan la prueba, no quiero contagiar el ébola a nadie”

El hospital San José de Monrovia cierra después de que su director se infectara

José Naranjo
Un niño liberiano camina en una escuela cerrada en Monrovia.
Un niño liberiano camina en una escuela cerrada en Monrovia.ahmed jallanzo (efe)

"Todos queremos que nos hagan la prueba, sobre todo para no contagiar a nadie". El hermano Miguel Pajares (75 años, natural de La Iglesuela, un pequeño pueblo de Toledo) es miembro de la orden de San Juan de Dios y superior del hospital católico San José de Monrovia, capital de Liberia. Desde hace dos semanas ha atendido y alimentado a pie de cama al director de este centro hospitalario, el hermano Patrick Shamdze, sin saber que, en realidad, éste tenía ébola. "El problema es que le hicieron la prueba y dio negativo. Nos confiamos todos, unas 10 personas hemos estado en contacto con él". El religioso español asegura que se siente afiebrado y que le duele la garganta. "Ya no puedo estar tranquilo", dice.

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Shamdze, camerunés de 52 años, llevaba dos semanas enfermo. Fiebre muy alta, de hasta 40 grados, un intenso dolor de cabeza, vómitos constantes. "Como dio negativo, bajamos la guardia, pensamos que era otra cosa. Intentamos trasladarlo a Ghana y pedimos un segundo test durante días. Tuvimos que llevar nosotros mismos las muestras al hospital porque no venían. Al final, se confirmó lo peor", relata Pajares al otro lado del teléfono.

Sin embargo, tuvieron que pasar tres días hasta que, el jueves pasado, una ambulancia se acercó a buscarlo para trasladarlo al hospital Elwa, centro de referencia. "Es todo muy lento, debe de haber una sola ambulancia para toda la ciudad", añade el religioso español. Tras confirmarse el diagnóstico, el hospital San José ha sido cerrado.

El hospital San José, ahora cerrado.
El hospital San José, ahora cerrado.

Una semana antes de evidenciar los primeros síntomas, el hermano Patrick Shamdze hizo pública una carta en la que denunciaba que estaban recibiendo por parte del Gobierno muy poco material para la protección del personal sanitario, unos 200 médicos y enfermeros. "Les hemos pedido ayuda, pero su respuesta ha sido que tienen poco que ofrecer. En mayo, el Gobierno nos envió 100 pares de guantes desechables, un par de botas, 50 mascarillas, 5 trajes desechables y 5 botellas de desinfectante. Estos materiales no duran ni un día", escribió el director del hospital, donde cada vez llegaban más pacientes rechazados de otros centros. Era una llamada de auxilio. "Podemos comprar estos materiales en Monrovia, pero en los últimos días los precios se han disparado y muchas personas que no los usan habitualmente con propósitos médicos los están comprando para usarlos como protección".

Por su parte, Pajares dice que no han "recibido prácticamente nada del Gobierno". "Todo lo hemos tenido que comprar nosotros gracias a la ayuda de benefactores. La Fundación Mujeres por África nos envió un contenedor".

Recientemente, las donaciones de Farmamundi, varios hospitales vascos, Brussels Airlines, centros de San Juan de Dios y personas anónimas han permitido la salida, este miércoles, de dos cargamentos de material hospitalario desde España hacia este hospital, merced a la campaña puesta en marcha por Juan Ciudad ONGD. "Con lo que nos mandan, vamos tirando, pero esta situación se va a prolongar durante meses", asegura Pajares.

El brote está fuera de control

EMILIO DE BENITO, Madrid

El ébola "se mueve más deprisa que nuestros esfuerzos para controlarlo", dijo ayer la directora general de la Organización Mundial de la Salud, Margaret Chan, a los presidentes de Liberia, Guinea, Sierra Leona (los tres países afectados por el virus) y el vecino Costa de Marfil en una reunión para tratar el momento. "Si la situación continúa deteriorándose, las consecuencias pueden ser catastróficas", añadió. El punto optimista es, según Chan, que otros brotes anteriores, ninguno tan grave (este va por 1.323 enfermos con 729 fallecidos), "se han conseguido controlar".

La reunión acordó destinar otros 75 millones a la zona. Chan ha anunciado que liderará personalmente la lucha contra el brote, y una nueva reunión, el 7 de agosto, para decidir si se eleva el nivel de alerta ante la enfermedad.

Chan también analizó por qué se había llegado a esta situación. Puso de relieve que más de 60 de los fallecidos (el 8,3%) y gran parte de los infectados era personal sanitario. También destacó que había problemas con las costumbres locales y que algunos enfermos se resistían a ir a centros de aislamiento y preferían quedarse en casa al cuidado de sus familias, lo que aumentaba el riesgo de propagación del virus. Otras decisiones muestran la creciente preocupación mundial por el brote.

» Más ayuda. Cruz Roja Española ha anunciado que enviará su Unidad de Respuesta de Emergencias, con 13 delegados especializados en salud y logística, a Sierra Leona. Con el personal viajan 2,5 toneladas de material.

» EE UU. El Gobierno ha decidido repatriar al médico y la misionera de nacionalidad estadounidense que estaban enfermos en Liberia. Será la primera vez que el virus llegue al continente americano. También —en contra de las recomendaciones actuales de la OMS— el Centro de Control de Enfermedades (CDC) ha aconsejado que no se viaje a la zona.

» China. El Gobierno ha desempolvado los medidores de temperatura corporal que usó cuando el pico de la gripe aviar en 2005 y los ha vuelto a instalar en algunos aeropuertos, sobre todo los de las ciudades, como Cantón, con más población de origen africano. Tampoco la OMS aprueba esta medida, que supone hacer análisis a todos los que lleguen con una temperatura de más de 37,5 grados centígrados, porque la considera inoperante.

» Investigación. Los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de EE UU han anunciado que en septiembre empezarán a probar una vacuna contra el ébola en humanos. El anuncio ha levantado sospechas de que se esté acelerando el proceso de ensayo del fármaco, lo que podría ocultar sus efectos adversos.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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