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Mas recaba apoyos al pacto fiscal en todos los partidos excepto en el PP

El PSC y Duran i Lleida coinciden en la necesidad de “no romper con España” Josep Piqué alerta de que el acuerdo no prosperará si se margina a los populares

Pere Navarro y Josep Antoni Duran, en su reunión de ayer.
Pere Navarro y Josep Antoni Duran, en su reunión de ayer.EFE

El presidente de la Generalitat, Artur Mas, admite públicamente que su gran objetivo de legislatura, el pacto fiscal para Cataluña, puede acabar en un gran fracaso, pero no quiere afrontarlo en solitario. De ahí que se haya enfrascado en la búsqueda de complicidades con todos los partidos catalanes para plantarse con el máximo apoyo posible ante el Gobierno de Mariano Rajoy y formularle la petición de que Cataluña disponga de un sistema de financiación similar al del País Vasco.

El plan de Mas dio ayer un significativo paso adelante con la incorporación del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) a esta estrategia. Paradojas de la política catalana, no fue Mas quien convenció al PSC para sumarse a la reivindicación, sino su socio de federación, Josep Antoni Duran i Lleida, quien se reunió con el líder del PSC, Pere Navarro. Al término del encuentro, este admitió que su partido tiene “voluntad de llegar a un acuerdo sincero”.

El portavoz del Gobierno catalán, Francesc Homs, se mostró mucho más optimista que hace tres semanas, cuando Navarro y Mas se reunieron sin llegar a acuerdo alguno. “Las cosas van madurando”, dijo.

La estrategia que Mas y Convergència i Unió han mantenido en los últimos tiempos para sumar el apoyo de los socialistas ha sido la de repetir una y otra vez que en el País Vasco ningún partido cuestiona su sistema de financiación singular que limita la solidaridad interterritorial. “Solo le pido al PSC y al PP que defiendan en Cataluña lo mismo que defienden en el País Vasco”, suele repetir Mas. La estrategia parece estar funcionando con los socialistas.

En cambio, no hay un acercamiento claro con el PP, que podría ser el único gran partido en quedarse fuera de la estrategia de Mas. Si esto ocurre, las ya de por sí escasas posibilidades de éxito de las demandas nacionalistas pueden reducirse a cero. Todos en Cataluña recuerdan lo que ocurrió con el Estatuto y el precio que se pagó al dejar al PP fuera del acuerdo.

Ayer fue precisamente Josep Piqué, exlíder del PP en esta comunidad y actual presidente del Círculo de Economía, quien advirtió en un desayuno informativo organizado por Abc que el pacto fiscal no prosperará sin un acuerdo previo con el PP catalán. Lo que en otro momento habría sido descalificado por CiU ayer recibió una respuesta exquisita. “El Círculo de Economía merece todos nuestros respetos”, dijo Francesc Homs, quien rehusó emitir un juicio.

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Los socialistas catalanes, por su parte, volvieron a escenificar ayer que están dispuestos a reconsiderar su rechazo inicial y que podrían acabar sumándose al acuerdo que lleve Mas al Parlamento autónomo a finales de julio. Navarro y Duran coincidieron plenamente en que “el escenario de romper con España no es deseable” y que la propuesta de pacto fiscal ha de tener el máximo consenso. El PSC está utilizando a Duran estos días para rebajar los planteamientos iniciales de un sector de Convergència y del Gobierno catalán. Y el líder democristiano parece encantado de tener un protagonismo que se le niega desde el partido de Mas. Otra cosa será que el PSOE secunde la propuesta de pacto fiscal en caso de que llegue al Congreso. Dirigentes socialistas catalanes admiten que ya están trabajando para que, por lo menos, el PSOE no vote en contra.

El PSC admite ya que Cataluña se pueda salir de la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas. También acepta que Cataluña tenga la llave de la caja (en un consorcio tributario con el Estado en el que decida el voto de calidad de la Generalitat) y propone ir disminuyendo la solidaridad interterritorial. Navarro y Duran volverán a hablar en los próximos días, antes de la cumbre de partidos que ha convocado Mas para el próximo día 30 y a la que no se sabe si acudirá el líder de Unió.

Desplazar al presidente como interlocutor

Josep Antoni Duran Lleida maneja con habilidad la escena para mantener su protagonismo político, aunque solo ocupe escaño en el Congreso y sea presidente de la parte catalana de la comisión bilateral Estado-Generalitat. Esa habilidad se está viendo los últimos días en la negociación con el PSC para acercar a los socialistas al pacto fiscal, en la que el líder de Unió está ejerciendo también de líder de la federación, aunque en ocasiones no queda claro qué sombrero lleva en cada momento. Los socialistas son conocedores de la incomodidad que eso genera en Convergència y no parecen dispuestos a renunciar a jugar la carta moderada de Duran frente a las posturas más contundentes de otros miembros del Gobierno catalán, empezando por su portavoz, Francesc Homs.

Una muestra del malestar que provoca en CDC ese protagonismo de Duran es la reacción que ayer tuvo precisamente Homs, quien de manera irónica dijo que la mediación del líder de Unió era muy “bienvenida” por el Ejecutivo de Mas. Y remachó con sorna que Duran “no tiene ninguna gana de protagonismo especial ni en esto ni en nada, como es habitual”.

El protagonismo de Duran ha provocado algunas fricciones en el seno de la federación. Por ejemplo, cuando el líder democristiano se anticipó a Mas y anunció la supresión del impuesto de sucesiones, la primera ley que aprobó el “Gobierno de los mejores” y que, con el tiempo, ha acabado beneficiando a alguno de ellos.

Duran salió ayer de la reunión con Navarro anunciando que se volverán a ver el día 29, la víspera de la cumbre de partidos políticos convocada por Mas. Pero horas después anunció en su cuenta de Twitter que no habría encuentro porque se lo impedían sus obligaciones como portavoz de CiU en el Congreso. “Hemos quedado con Pere Navarro en que avanzaremos trabajo por teléfono antes de la cumbre”, aclaró después.

Y mientras tanto, sigue sin saberse si CDC dará su brazo a torcer y permitirá que Duran esté en la reunión del día 30. El PSC volvió a reclamarlo ayer con el argumento del cargo que Duran en la comisión bilateral. Y el líder de Unió tampoco mostró su deseo de acudir. Aunque, eso sí, matizó después que todo dependería de la agenda.

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