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El PP y Aznar ahondan su brecha en vísperas de la campaña electoral

El partido le ofrece “grandes mítines” con Cañete y FAES responde con un plantón

Foto: atlas | Vídeo: ATLAS

Primero lamentó haber sido excluido de la campaña de Miguel Arias Cañete. El PP rectificó y, con el calendario de actos del candidato a las elecciones europeas aún sin cerrar, ofreció a José María Aznar participar en “grandes mítines” en La Rioja o en Murcia. Pero el expresidente del Gobierno rechazó la invitación. Demasiado tarde, al ser incompatible con su agenda internacional.

La relación de José María Aznar con la dirección del PP lleva marcando la carrera europea desde su plantón a la convención nacional de los populares celebrada en Valladolid a finales de enero. Ya entonces ahondó en la herida abierta en la derecha del partido por la renuncia del portavoz en el Parlamento europeo, Jaime Mayor Oreja, a repetir como candidato. Y la participación del expresidente del Gobierno en la campaña del aspirante a las elecciones del 25 de mayo, Miguel Arias Cañete, se ha convertido ahora en un nuevo foco de conflicto.

Después de que Aznar se quejara públicamente de haber sido excluido de la agenda del candidato, fue el propio Cañete quien, en una entrevista en RNE, afirmó ayer que su formación había ofrecido “al entorno de Aznar fechas y emplazamientos para hacer grandes mítines”.

Una rectificación que de nada sirve. Fuentes de la fundación FAES confirmaron que el exjefe del Ejecutivo, presidente de honor del PP, ya no puede modificar su agenda internacional. Su entorno asegura, en cualquier caso, que las declaraciones de Aznar, “muy amigo del candidato”, no fueron quejas y que, a pesar del malestar que causó en el partido mayoritario, el expresidente da este asunto por concluido.

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“No he tenido ninguna noticia del Partido Popular y a estas alturas ya no puedo cambiar las cosas. Me hubiera encantado hacer un mitin con Cañete. Pero ahora a otra cosa”, mantuvo el lunes ante un grupo de periodistas en un acto de su esposa y alcaldesa de Madrid, Ana Botella. Acto seguido, la presidenta del PP madrileño, Esperanza Aguirre, se ofreció a organizar un acto de campaña para él. Y, horas más tarde, el número tres de los populares, el vicesecretario de Organización, Carlos Floriano, se puso en contacto con Javier Zarzalejos, secretario general de FAES, para cerrar su participación en la campaña electoral.

La tensión entre la actual dirección del PP y el expresidente del Gobierno, alimentada por sus repetidos ataques al proyecto político de Mariano Rajoy, centró ayer casi todas las conversaciones en el Congreso de los Diputados. Los dirigentes del PP minimizaban públicamente las quejas de Aznar e insistían en que muchos de los actos de campaña aún no están cerrados. El presidente de la Cámara baja, Jesús Posada, exministro de su Gobierno, reconoció que “quizá” el PP tenía que haber contado con él “de forma más explícita”.

A pesar de eso, el portavoz adjunto del Grupo Popular, Rafael Hernando, cree que su partido no le hizo “ningún feo” al expresidente y, aunque mostrara cierta comprensión por los compromisos internacionales de su fundación, dejó caer: “Él sabrá si tiene otros problemas de agenda. No tengo nada más que decir, cada uno establece sus agendas y establece sus prioridades”. En cualquier caso, el dirigente popular admitió que “la agenda de los distintos actos electorales se ha configurado de una forma más precipitada que en otras ocasiones”.

Cañete fue relevado al frente del Ministerio de Agricultura por su número dos, Isabel García Tejerina, el pasado lunes después de que el jefe del Ejecutivo retrasara primero su designación como aspirante del PP y después su sustitución. Ayer eludió pronunciarse sobre la participación de Aznar en la campaña al ser preguntado a su salida del Hemiciclo. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, interpelado sobre el malestar del expresidente, dijo: “Eso pregúntenselo ustedes a él”.

Vox le envía una carta

Todos en el PP reconocen que José María Aznar, que además es presidente de honor de la formación, sigue siendo un símbolo y un activo imprescindible del partido. Pero las tensiones entre el expresidente del Gobierno y la dirección nacional de los populares reflejan la fractura emocional de la mayoría de los actuales dirigentes con un sector de la derecha del PP.

La herida se agrandó en los últimos meses. Mariano Rajoy empezó 2014 mientras todavía resonaba el eco de los ataques públicos de Aznar a su proyecto político. Con el nombramiento del candidato a las elecciones europeas pendiente, Jaime Mayor Oreja, líder de los populares en Bruselas, anunció su renuncia a repetir. Días más tarde, el exjefe del Ejecutivo plantó a la formación en la convención nacional celebrada en Valladolid a finales de enero, que supuso un pistoletazo de salida para la precampaña europea.

Algunos antiguos dirigentes del PP, como Alejo Vidal-Quadras y Santiago Abascal, abandonaron además la formación para fundar Vox, que se sitúa a la derecha del partido. Y Vidal-Quadras aprovechó ayer la trascendencia mediática de la polémica sobre la participación de Aznar en un mitin con Cañete para invitarle a su campaña.

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