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Una investigación española relaciona el virus del herpes con el Alzheimer

El estudio describe cómo el estrés desencadena una reacción que activa la enfermedad

Más de un 99% de los casos de Alzheimer tienen como causa una mezcla de factores genéticos con el estrés y el envejecimiento; un rompecabezas al que habría que añadir el virus del herpes, según estudios del equipo de Fernando Valdivieso, del Centro Nacional de Biotecnología (CNB), que el investigador ha expuesto hoy. Los científicos ya han desvelado el efecto del estrés en la activación del patógeno (edición digital de Neurobiology of Aging) y la relación del virus con los ovillos de proteínas que impiden el funcionamiento neuronal típicos del Alzheimer (pendiente de publicar).

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Salvo en menos de un 1% de los casos de Alzheimer, en que la causa son mutaciones en tres genes (las partes del genoma con instrucciones para sintetizar las proteínas), el resto de los casi 800.000 afectados que hay en España se deben a una combinación "entre susceptibilidad genética —que indica riesgo, pero no causalidad inmediata— y factores ambientales, como el estilo de vida", indicó Valdivieso al presentar los últimos avances del Proyecto Alzheimer, que financia Caja de Madrid y cuenta con el apoyo de la Asociación de Familiares de Alzheimer (Afal) de Madrid.

Los actores del proceso son muy conocidos en el mundillo científico. La aportación de causa genética la hace la proteína apoE (apolipoproteína E), una molécula muy estudiada porque es un transportador de grasa y es un factor de riesgo coronario. Según Valdivieso, de las distintas formas en que se presenta esta proteína, hay una, la llamada apoE-4, que es hasta cinco veces más frecuente en los enfermos de Alzheimer.

Transportador

De acuerdo con los estudios del equipo de Valdivieso y otros científicos, la importancia de la lipoproteína está en que tiene una estructura que le permite unirse a otro de los factores de riesgo: el virus del herpes simple, el mismo que causa las calenturas de la boca cuando hay fiebre. La importancia de esta unión es que la apoE-4 actúa de transportador, y mete al virus en las células del sistema nervioso.

La hipótesis del investigador se ve corroborada por sus descubrimientos en ratones sobre la aparición de ovillos de proteínas tau dentro de las neuronas, los llamado tangles, típicos del Alzheimer. Hace falta que el herpesvirus llegue al cerebro en concentraciones lo suficientemente elevadas para que aparezca el Alzheimer.

Otra pista que apunta a esta relación es que cuando se han usado ratones normales con apoE-4, se ha medido virus en el cerebro. Cuando se usaban animales modificados genéticamente para que les falte la apolipoproteína, no se ha encontrado agente infeccioso, y si los genes eran la mitad, la concentración de patógeno también lo era.

Si se confirma esta hipótesis, el Alzheimer podría tratarse como otras enfermedades infecciosas causadas por virus, apunta Valdivieso. Una de las posibilidades para evitar la infección neuronal (la llamada neuroinfección) sería el uso de antivirales, como el aciclovir que se emplea actualmente para tratar los herpes. También cabría la posibilidad de desarrollar una vacuna que bloqueara las proteínas del virus responsables de su unión a la apolipoproteína.

La intervención de un herpesvirus en la aparición del Alzheimer explicaría la actuación de uno de los factores ambientales más conocidos: el estrés, porque el mecanismo por el que una situación de tensión activa los virus que están latentes en el organismo es ya conocido.

Los científicos del CNB (un centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Universidad Autónoma de Madrid) también han estudiado cómo llega el herpesvirus al posible enfermo. La sorprendente conclusión es que la vía más probable es la transmisión de madre a hijo. Para verlo, infectaron ratonas, y se estudió si sus descendientes tenían virus.

Infección madre-hijo

Este descubrimiento abre otra posibilidad, que es la de interrumpir la cadena evitando la infección de madre a hijo. Los primeros ensayos en ratones suministrando aciclovir a las madres han demostrado que la concentración de patógenos en el cerebro de sus hijos se puede reducir drásticamente, destacó Valdivieso.

Con todas estas posibilidades abiertas, los científicos trabajan en "completar el arco del proceso, desde la neuroinfección hasta la degeneración neuronal", explicó el director del equipo. El siguiente paso es confirmar la relación causa-efecto entre el herpesvirus y la enfermedad. El CNB ya ha adquirido los ratones modificados (con herpes y sin él) para estudiar el proceso.

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