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Amnistía Internacional alerta de que los pobres son los que pagan la guerra contra el terrorismo

La organización humanitaria presenta en Londres su informe relativo al año 2005

Amnistía Internacional ha presentado hoy su informe anual en Londres, en el que denuncia los programas de seguridad que han desarrollado las grandes potencias. Para la organización humanitaria, las personas más vulnerables del planeta son las que pagan el precio de la guerra contra el terrorismo que han emprendido los países ricos, que además han desvíado su atención de las graves crisis de derechos humanos.

"Cuando los poderosos son demasiado arrogantes para reformar sus estrategias, el precio más alto lo pagan los más pobres y desprotegidos". Con estas palabras ha denunciado Irene Khan, secretaria general de Amnistía Internacional, el "juego peligroso" en el que participan las grandes potencias. Ejemplos reales son los aproximadamente 285.000 muertos y los dos millones de refugiados y desplazados por el conflicto en la región sudanesa de Darfur, donde la ONU y la Unión Africana han tenido "una atención intermitente y una actuación endeble". Khan también ha hecho referencia a los ciudadanos de Irak, país sumido en 2005 en "una espiral de violencia sectaria", y a los habitantes de Chechenia, Colombia o Afganistán. En su opinión, "el doble discurso y la doble moral" de esos países está debilitando la capacidad de la comunidad internacional para hacer frente a las violaciones de los derechos humanos.

Khan también ha denunciado con contundencia el terrorismo pero, en su opinión, las nuevas cotas de "brutalidad" que éste alcanzó en 2005 eran "un amargo recordatorio" de que "la guerra contra el terror ha fracasado y seguirá fracasando" hasta que se de prioridad a los derechos humanos frente a "mezquinos" intereses de seguridad. La secretaria general de AI ha utilizado estos argumentos para pedir a los grandes países que utilicen la misma contundencia contra el terrorismo para oponerse a la tortura. Según el informe presentado, en 104 de los 150 países analizados se han registrado casos de torturas o malos tratos. Así, ha advertido de que no todas las violaciones de los derechos en el mundo se enmarcan en la guerra contra el terrorismo, pero ha alertado que esa estrategia está dando alas a antiguas formas de represión y haciendo que muchos estados se sientan más confiados en sus prácticas de abusos.

Movilización social

A pesar del panorama desolador, Khan ha reconocido que 2005 fue "un año de contradicciones", en los que los signos de esperanza se vieron socavados por las "promesas no cumplidas" de los poderosos. Entre los motivos para ser optimistas, Khan ha citado la movilización de la sociedad civil en la lucha contra la pobreza y a favor de los derechos económicos y sociales, el arresto domiciliario del ex dictador chileno Augusto Pinochet y la detención del ex presidente peruano Alberto Fujimori. Asimismo ha destacado las sendas investigaciones abiertas por el Consejo de Europa y el Parlamento Europeo sobre la participación europea en las "entregas extraordinarias" dirigidas por EE UU.

En sus recomendaciones, Amnistía ha solicitado una vez más el centro de detención de Guantánamo (Cuba), calificado de "bomba de relojería que puede estallar en cualquier momento", y la liberación o procesamiento de las personas allí retenidas. Según la información recabada por la organización, han pasado 1.592 días desde que EE UU abriera el centro para sospechosos de terrorismo, el 11 de enero de 2002. En este tiempo, han permanecido recluidas 759 personas, de los que ninguno ha sido condenado por delito alguno. Asimismo, ha pedido a la ONU y la Unión Africana que pongan fin a las muertes y desplazamientos causados por el conflicto de Darfur.

El informe dedica un apartado especial a la infancia: más de 100 millones de niños y niñas permanecen sin escolarizar en el mundo; el 46% de las niñas en los países más pobres no tiene acceso a la enseñanza primaria y la cifra de niños y niñas soldados asciende a 300.000.

En cuanto a la violencia de género, los datos también son significativos: dos millones de niñas están expuestas a sufrir mutilación genital cada año, y sólo nueve países cuentan con legislación específica que prohíba esta práctica. En cuanto a la violencia de género, el 25% de las mujeres sufre abusos sexuales a manos de sus parejas a lo largo de su vida. Un total de 79 países carece de legislación específica sobre la violencia contra las mujeres en el ámbito familiar.

La secretaria general de Amnistía Internacional, Irene Khan, durante la presentación en Londres del informe del 2005.
La secretaria general de Amnistía Internacional, Irene Khan, durante la presentación en Londres del informe del 2005.AP

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