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El Tribunal de Estrasburgo prohíbe a una mujer usar embriones sin el consentimiento de su ex pareja

Natalie Evans quedó estéril tras serle estirpados los ovarios como consecuencia de un cáncer

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha rechazado hoy la pretensión de una mujer británica de ser madre biológica con los embriones congelados y fertilizados por su antigua pareja, que se niega a ser padre en esas condiciones. Natalie Evans, de 35 años, alegaba que la implantación de esos embriones era la única posibilidad de ser madre biológica, puesto que hace unos años padeció un cáncer por el que le fueron extirpados los ovarios.

El Tribunal de Estrasburgo cree que la mujer puede ser madre a través de la adopción y afirma que la Justicia británica, que con anterioridad había rechazado las peticiones de Evans, ha actuado conforme al Convenio Europeo de Derechos Humanos.

Los diecisiete magistrados de la llamada Gran Sala han ratificado la sentencia de marzo de 2006 de otra instancia del Tribunal de Estraburgo y manifiestan que en ningún caso se han vulnerado el derecho a la vida o a la familia. Ello a pesar de las objeciones de la demandante, que pretendía hacer valer que el perjuicio moral y físico derivado del tratamiento de fecundación y su esterilidad posterior habían de primar sobre los derechos de su antigua pareja.

Los hechos se remontan al año 2000, cuando Evans y su compañero sentimental se sometieron a un tratamiento de fertilidad durante el cual los médicos descubrieron el cáncer en la mujer. Ambos optaron por inseminar unos embriones que fueron congelados, tras lo cual la mujer fue operada, con la extirpación de los ovarios. La relación sentimental terminó en 2002 y el hombre revocó su consentimiento a que los embriones fecundados fueran implantados en el útero de la mujer, por lo que la clínica advirtió a Evans de que debía destruir los embriones.

La mujer comenzó entonces una serie de recursos jurídicos que no han tenido éxito en su país ni tampoco en el Tribunal de Estrasburgo, cuya decisión de hoy es definitiva.

"Es muy duro aceptar que nunca seré madre"

Tras conocer la sentencia, Evans se ha mostrado "afligida" y ha declarado que es "muy duro" aceptar que "nunca" será madre. "Es muy difícil para mí aceptar que los embriones serán ahora destruidos", dice en un comunicado. Por su parte, su anterior pareja sentimental, Howard Johnston, ha expresado su alivio por el fallo y ha considerado que "el sentido común ha prevalecido". "Quiero ser capaz de elegir cuándo y con quién quiero ser padre", ha indicado en una rueda de prensa.

Evans pide a su ex pareja que "considere" si podría permitirla "alguna vez" tener los hijos que durante tanto tiempo ha añorado y que estuvo de acuerdo en consentir cuando esos embriones fueron fertilizados y congelados. El abogado de la mujer, Muiris Lyons, ha destacado que Evans está "amargamente decepcionada" y "enormemente deprimida" por la decisión judicial. "Todo lo que estaba pidiendo era tener la oportunidad de utilizar sus embriones para traer sus propios hijos al mundo. Es una tragedia que la ley le impida conseguir ese objetivo simple. Su batalla legal ha terminado. Su amarga pérdida durará siempre", ha añadido.

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