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Gibraltar sacrificará 25 monos porque su abundancia es una molestia pública

Según el ministro de Turismo, "la gente no puede dejar las ventanas abiertas por miedo a los robos de los monos"

Las autoridades gibraltareñas han anunciado que sacrificarán al menos 25 de los famosos monos del Peñón, considerados un símbolo de la colonia británica, porque su extensa población se ha convertido en una molestia y un peligro para la salud pública. Dos de los monos ya han recibido la inyección letal, según confirmó ayer el ministro de Turismo Ernest Britto.

Los residentes de Gibraltar han convivido siempre con los macacos. Sin embargo, Britto ha explicado que la conducta de uno de los grupos "se ha escapado de las manos" en las zonas turísticas de Catalan Bay y Sandy Bay. "Los niños están asustados. La gente no puede dejar las ventanas abiertas por miedo a los robos de los monos. Los monos muerden y pueden contagiar salmonela o hepatitis", se ha justificado el ministro de Turismo.

Más información
El Gobierno de Gibraltar sacrificará a al menos 25 monos

Organizaciones ecologistas condenaron ayer los planes de las autoridades gibraltareñas. Entre ellas, la Liga Internacional para la Protección de los Primates en Reino Unido ha amenazado con convocar un boicot turístico en el Peñón si el Gobierno local no para la matanza.

Un símbolo nacional

Durante la Segunda Guerra Mundial su número descendió tanto que por aquel entonces el primer ministro británico Winston Churchill importó decenas de ellos del norte de África porque circulaba una propaganda que decía que si los monos abandonaban Gibraltar ésta dejaría de ser británica

Los monos estuvieron bajo control durante décadas cuando unidades del Ejército británico salían regularmente a hacer maniobras de tiro para mantener la población. Pero un incremento de la sensibilización medioambiental y el brusco declive de la presencia militar británica vieron cómo en la década de 1990 aumentó la población de primates, que se vio favorecida por el creciente turismo de la Roca a partir de 1985, ya que los visitantes alimentaban a los monos.

Mono gibraltareño sentado en un cañón de la Roca.
Mono gibraltareño sentado en un cañón de la Roca.REUTERS

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