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Una nueva clínica en Italia se ofrece para desconectar a Eluana

El centro hospitalario tendrá que sortear el veto del Gobierno a la sentencia del Supremo que autoriza la retirada de la sonda que la alimenta

Las autoridades sanitarias de la provincia de Udine, al nordeste de Italia están dispuestas a acoger a Eluana Englaro, la mujer que lleva 17 años en estado vegetativo, en uno de los hospitales de la región. Así lo ha declarado esta mañana el subdirector del hospital "Quiete", Luciano Cattivelos, cuyo centro se ha declarado dispuesto a desconectar la sonda que la alimenta e hidrata y cumplir la voluntad de la familia.

El anuncio llega después de que otra clínica de la misma región, que se había ofrecido poner en práctica la decisión del Tribunal Supremo de Italia y desconectarla, sucumbiera a las presiones del Gobierno de Silvio Berlusconni y echara marcha atrás.

Esto ocurría hace diez días. Según informa la agencia EFE, Luciano Cattivelos, apuntaba al próximo fin de semana como fecha límite para decidirse o no el ingreso. De cumplirse las palabras de Cattivelos, se pondría fin a un tira y afloja que ya dura una década, entre la familia y las autoridades judiciales y eclesiásticas.

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El Vaticano ha expresado en numerosas ocasiones su rechazo a la interrupción de la alimentación de Eluana, calificando la acción de "homicidio". En una nota publicada en noviembre del año pasado, la Conferencia Episcopal Italiana se negaba a cumplir los deseos de la familia al calificar la alimentación, la hidratación y la ventilación a enfermos como obligaciones ("actos debidos") y no como "terapias".

Según el portavoz de la Asociación Derecho a Morir Dignamente en España, el peso de la Iglesia en Italia ha viciado el debate en torno a Eluana hasta índices "vergonzosos". Afirma que en España la iglesia también pesa sobre la conciencia de muchos médicos que no deciden cumplir la voluntad de las familias en situaciones similares. "A nosotros nos contactan unas 20 familias al año para que les asesoremos en casos así" asegura. La solución que suelen elegir las familias es pedir el alta del paciente y en la intimidad del hogar suspender el tratamiento que le mantiene con vida, "para no estar expuestos al acoso de la prensa" explica.

AP

Eluana y Sampedro

El caso de Eluana va camino de alcanzar los índices mediáticos de Ramón Sampedro, el tetrapléjico gallego al que una amiga le ayudó a morir hace diez años. Según explica la Federación Española por una Muerte Digna el caso de Sampedro dista mucho al de la mujer italiana. El del español se trataría de un caso claro de eutanasia; alguien suministra al paciente la sustancia que produce de forma "directo y necesaria" su muerte. "En el caso de Eluana la familia rechaza el tratamiento de unos medios que alargan la vida porque no hay posibilidades de que se cure" asegura. "Esto es un derecho del paciente recogido en la Convención de Oviedo de 1999 de la que Italia es signataria"

Aunque nunca ha oído hablar de tal Convención, Manuela Sanlés, cuñada de Ramón Sampedro tiene su opinión sobre Eluana. Contactada telefónicamente en su casa en Xuño (A Coruña) Manuela no duda en dar su veredicto una vez se pone al corriente de los detalles del caso: "En una situación así, yo apoyo la decisión de los padres" sentencia.

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