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Reportaje:

Una oportunidad tras las rejas

Los internos de seis cárceles realizan cursos de jardinería que dan empleo a la mitad de los que salen en libertad

Emma está nerviosa. En sólo tres días se habrán cumplido los dos años y cinco meses que ha pasado en la prisión de Alcalá de Henares (Madrid) privada de libertad y, sobre todo, de sus dos hijos, de tres y cuatro años. "La libertad es muy bonita, aquí se pasa muy mal y más si eres madre". Al menos Emma no sale de la cárcel con las manos vacías: se lleva un certificado de profesionalidad en jardinería, labor que durante un año ha realizado junto a 19 internas más gracias al Proyecto Oxígeno.

Una carta de un preso de la cárcel de Albolote (Granada) hace tres años, que mandó a la Fundación Biodiversidad para pedir material y enseñar a sus compañeros trabajos de jardinería, hizo reflexionar a las autoridades. Gracias a él, el Ministerio de Medio Ambiente y el de Interior han celebrado hoy la clausura del segundo curso de jardinería y trabajos forestales, que se ha impartido en seis cárceles españolas: Madrid I (Alcalá de Henares), Navalcarnero, Aranjuez, Algeciras, Segovia y Palma de Mallorca. Más de 220 lo han terminado ya y no en balde, ya que más del 50% de los que han salido a la calle ya están trabajando gracias a él.

Cada curso lo realizan 20 internos en las mañanas del lunes al viernes durante todo un año. "Así no tienen tiempo para pensar en lo que han hecho, o para hundirse", comenta un miembro de la Fundación Biodiversidad. "Nos da una motivación increíble, aprendemos a ser más maduras y responsables", señala Nerea, de 21 años y tres de cárcel por robo con intimidación.

Para tener una plaza, sólo es necesaria la buena conducta y haber cumplido al menos una cuarta parte de la condena, estar en segundo grado. Es necesario para poder salir a la calle, ya que durante los cursos se realizan prácticas en fincas del Organismo Autónomo de Parques Naturales y la Fundación Biodiversidad.

Las chicas de Alcalá van al Vivero Escuela Río Guadarrama, además de arreglar los jardines de la cárcel. El delito cometido no es un problema en principio. No obstante, la mayoría de las internas de Alcalá cumplen condenas por tráfico de drogas, como Emma: "Estaba muy mal económicamente y necesitaba dinero, estaba harta de llamar a todas las puertas y que nadie me diera un trabajo, por eso me metí donde no debía".

La promoción de 2008 ha recibido los diplomas esta mañana de manos de la ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa, la secretaria general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, y el director de la prisión, José Luis Cuevas. La mayoría de las recién graduadas lloraba mientras Paloma Pérez, psicóloga y orientadora en los cursos, les recordaba que, "cuando la reja se cierra, hay que aceptar el cambio como un punto de inflexión que acabe en la puerta para una nueva vida".

La ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa, durante la inauguración de una nueva edición del Proyecto Oxígeno hoy en el Centro Penitenciario de Alcalá de Henares, en Madrid.
La ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa, durante la inauguración de una nueva edición del Proyecto Oxígeno hoy en el Centro Penitenciario de Alcalá de Henares, en Madrid.EFE

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