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Los inmigrantes utilizan menos los servicios sanitarios que los españoles

Los subsaharianos recurren más a la hospitalización y los latinoamericanos, a las urgencias, según un informe del Instituto de Salud Carlos III

En general, los inmigrantes utilizan menos los servicios sanitarios que la población española, según el estudio sobre las diferencias de uso de recursos médicos entre la población extranjera y autóctona, presentado hoy por la doctora del Instituto de Salud Carlos III Belén Sanz. De las conclusiones del informe destaca que, de forma similar a lo que ocurre en la población española, las mujeres inmigrantes utilizan más los servicios sanitarios que los hombres inmigrantes y, además, éstos utilizan menos los servicios sanitarios que los hombres españoles.

El estudio ha sido presentado durante una jornada organizada por la Real Academia Nacional de Medicina y el Instituto Novartis de Comunicación en Biomedicina, y ha señalado dos excepciones entre los hombres inmigrantes: la de los que vienen del Africa Subsahariana, que hacen mayor uso de la atención que presta el médico especialista y la hospitalización, y la de los que proceden de países latinoamericanos, que frecuentan más las urgencias. Para la doctora Sanz, una explicación de estas diferencias podría relacionarse con el hecho de que la población inmigrante subsahariana presenta un peor estado de salud. "Algunos trabajos realizados en España han puesto de relieve una tasa de mortalidad mayor de estos inmigrantes respecto a la población autóctona", ha afirmado.

De forma similar a lo que ocurre en la población española, las mujeres inmigrantes utilizan más los servicios sanitarios que los hombres inmigrantes.
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El trabajo se hizo eliminando factores de distorsión, como que los inmigrantes son, generalmente, más jóvenes y más sanos. También se ha intentado descartar la influencia de cuestiones como el nivel de ingresos. En las mujeres, se han eliminado los ingresos para dar a luz, ya que, como las inmigrantes tienen una tasa de natalidad muy superior a las españolas, ello sería un sesgo que distorsionaría el estudio, ha dicho Sanz.

La clave en la diferencia está, según la autora del estudio, en que los inmigrantes "Vienen a España a trabajar. Ésa es su prioridad". Además, la percepción de su estado de salud es distinta. Además, "los españoles usan mucho los sistemas sanitarios". Sanz admite que es posible que, pese a las prevenciones utilizadas en el trabajo, exista un "sesgo del inmigrante sano". "Estamos estudiando los primeros años de acogida", cuando el extranjero llega a labrarse un futuro. Por eso en el estudio no aparece algo muy interesante: qué ocurrirá cuando el inmigrante se asiente y adquiera los hábitos (sedentarismo, obesidad) del país de acogida.

Otros factores que señala la investigadora son los diferentes tipos de situación laboral. "No es lo mismo el trabajador que cobra por horas que el que tiene un contrato mensual". También está claro que existe una "barrera de acceso". "No saben o no se atreven a usar los servicios a los que tienen derecho".

En esta investigación, que responde a la necesidad de valorar hasta qué punto el lugar de origen de las personas condiciona el uso de los servicios de salud, también destaca que las mujeres inmigrantes hacen un uso inferior de las pruebas de detección de cáncer de mama y de cuello de útero. Pero si se compara a las mujeres inmigrantes con las españolas el uso de los recursos sanitarios es similar, aunque también con algunas excepciones, ya que las que proceden de Asia y Oceanía visitan menos el centro de salud, las mujeres del norte de Africa acuden menos al especilista, y las mujeres inmigrantes procedentes de países Occidentales, Estados Unidos y Canadá son hospitalizan en mayor medida que las mujeres españolas. La autora del trabajo admite que, una vez descartada la variable de la edad -entre las extranjeras de países ricos hay muchas jubiladas- no se ha encontradon una explicación para este hecho.

Los datos analizados en este trabajo proceden de la Encuesta Nacional de Salud del año 2006, con una población estudiada entre 16 y 74 años, y los servicios sanitarios investigados son los prestados por el médico de familia, especialista, urgencias, hospitalización y pruebas de detección de cáncer de mama y de útero. Sanz ha reconocido que en este tipo de encuestas puede existir "una escasa representación de la población inmigrante menos integrada en la sociedad española" (no regularizados y sin empadronar) y que posiblemente sea ésta "la que tiene mayores problemas de acceso".

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