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La dieta mediterránea reduce un 40% el riesgo de depresión

El aceite de oliva y las grasas omega-3 influyen en los neurotransmisores

Para evitar el Prozac, dieta mediterránea. Ésta es una de las conclusiones de un estudio con 10.000 voluntarios que ha hecho la Universidad de Navarra, y que publica en Archives of Psychiatry. El trabajo demuestra que en las personas que más se ajustaban al modelo alimentario tradicional del sur de Europa, la incidencia de depresión, tras cuatro años de seguimiento, era hasta un 40% inferior.

El trabajo "abre una vía importante al conocimiento con el objetivo de anticiparse a este grave problema de salud pública", ha dicho Miguel Ángel Martínez-González, director del estudio. Por eso, cita los Top 6 de la prevención: frutas, cereales, legumbres, frutos secos, pescado y verduras.

El artículo no se limita a constatar una relación estadística. Los investigadores apuntan a posibles mecanismos de actuación, como que "diversos componentes de la dieta mediterránea, como el aceite de oliva o las grasas omega-3 -procedentes del pescado- pueden actuar sobre los mecanismos de acción de los neurotransmisores implicados en la depresión, como la serotonina". También influyen en la permeabilidad de la membrana celular. La mayor ingesta de ácido fólico o de vitaminas del grupo B es otro factor a tener en cuenta.

El proyecto Seguimiento de la Universidad de Navarra (SUN) cuenta con casi 20.000 voluntarios. Los problemas mentales son sólo uno de los parámetros que se miden. Para el estudio se han tomado los datos de 10.094, que estaban sanos al principio. De ellos, 480 tuvieron una depresión diagnosticada clínicamente. Esta enfermedad es una de las más frecuentes. Se calcula que un 15% de la población mundial pasará por un estado de depresión grave al menos una vez en su vida.

Los investigadores son los primeros en apuntar algunos aspectos en los que habría que incidir. Por un lado, la conjunción de que las personas con un mayor equilibrio y nivel de autoexigencia (por "genética o factores ambientales") para llevar una dieta más sana son menos proclives a tener depresión. Por otro, que una persona que inicia un proceso depresivo tenga más dificultades para seguir una dieta saludable. Por eso, ellos mismos admiten que hay que seguir investigando.

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