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Condenada una madre por inducir a su hija a abandonar a los padres adoptivos

La Audiencia de Alicante impone, además, dos años de cárcel al compañero de la mujer por abusar de la chica

Tremenda historia de amor, sexo y poder. Una madre biológica instó a su hija a que se fugara del domicilio de los padres adoptivos, y luego el compañero sentimental de la mujer abusó sexualmente de la menor. Ahora, la Audiencia de Alicante ha condenado a seis meses de prisión a la madre por inducir a su hija, dada en adopción, a abandonar el domicilio de sus padres de acogida, y a dos de prisión a su compañero por abusar sexualmente de la chica de forma continuada.

Según la sentencia, la madre biológica, sin antecedentes penales, dio en adopción a su hija, nacida en febrero de 1991, cuando ésta tenía dos años de edad. En 2004, la procesada, tras buscar y conocer el paradero de su hija, comenzó a llamarla insistentemente tanto a su domicilio en Xixona (Alicante), donde la menor vivía con su familia adoptiva, como al colegio donde cursaba estudios.

La acusada logró no sólo acercarse a su hija, sino también ir alejándola de sus padres adoptivos, hasta que en junio de 2006 la menor, con 15 años de edad, abandonó definitivamente el domicilio familiar para irse a vivir con la procesada a la localidad de Teulada (Alicante).

No obstante, un mes después la chica ingresó en un centro de recepción de menores porque se negaba a volver al domicilio de sus padres adoptivos.

La Audiencia indica que el compañero sentimental de la procesada mantuvo relaciones sexuales plenas con esta menor, con una frecuencia que se desconoce y con "la intención de satisfacer sus más reprobables instintos sexuales". Esas relaciones se produjeron cuando la menor contaba entre 13 y 15 años, coincidiendo con el periodo que va desde que ella tomó contacto con su madre biológica hasta que abandonó definitivamente el domicilio familiar.

El compañero sentimental de la procesada está acusado de mantener relaciones íntimas con la menor tanto en la vivienda de él en Xàbia como en otros sitios, "pero con el consentimiento" de la adolescente, según el fallo. A este respecto el tribunal precisa que el acusado conocía la superioridad que tenía respecto de la menor y la desorientación que ésta sufría ante la situación familiar.

Dichas relaciones fueron descubiertas y denunciadas, por lo que el procesado permaneció en prisión preventiva desde noviembre de 2006 hasta el 22 de diciembre de ese año. Un día después de salir de la cárcel, la menor llegó a prostituirse para poder comprar un billete de autobús y encontrarse con el procesado. El tribunal condena al hombre a dos años de cárcel por un delito de abusos sexuales continuados y le prohíbe aproximarse y comunicarse con la víctima a menos de 300 metros durante tres años.

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