_
_
_
_
_

Los sanitarios no tienen criterios para definir cuándo una enfermedad es terminal

Esta carencia dificulta la comunicación con los enfermos y su tratamiento

Para algunas situaciones importantes en la vida de un paciente, saber que su dolencia es terminal es clave. Sucede, por ejemplo, para recibir cuidados paliativos, o es posible que en un futuro sea necesario para una eutanasia o un suicidio asistido. También si quiere tomar otras disposiciones, desde llamar a la familia o a los amigos, hacer testamento o pedir asistencia religiosa. Pero el primer obstáculo al que se enfrentan, según un trabajo de la Universidad de Granada, es a que son los propios profesionales sanitarios (médicos y enfermería) quienes no tienen unos criterios claros para definir este estado. Y que, consecuentemente, también tienen la formación para comunicarlo al paciente y sus allegados. El trabajo se ha publicado en International Journal of Clinical and Health Phychology.

Más información
Apoyo unánime a la ley de muerte digna en Andalucía
Si hay que morir, mejor saberlo
'Oncología clínica' se pone al día
Una joven con parálisis total pide a las autoridades suecas que la desconecten del respirador
El Supremo alemán establece que desconectar del respirador a un enfermo no es delito

De acuerdo con el trabajo, dirigido por María Paz García Caro, del departamento de Enfermería de la Universidad de Granada mediante 42 entrevistas (21 médicos y 21 enfermeros, que ejercen su actividad profesional en establecimientos sanitarios de Granada y provincia, y que trabajan con enfermos terminales y/o con enfermedad avanzada), los profesionales identifican "enfermedad terminal" con una situación "agónica o preagónica", cuando hay otras situaciones (crónicas irreversibles que suponen una gran pérdida de calidad de vida) que podrían incluirse.

"Se esté perdiendo un tiempo valioso, para quienes ya no lo tienen, sin asistencia y sin medidas específicas para abordar el sufrimiento y la calidad de vida del periodo final de la misma", afirman los autores del trabajo. Además, "se distorsiona el sentido y la función de los cuidados paliativos, ya que los profesionales se sienten afectados por el peso emocional de un diagnóstico que en el imaginario social equivale a una condena".

Un caso claro de los problemas de comunicación con el paciente está en el uso de eufemismos. "Los profesionales enfermeros no incorporan este diagnóstico y prefieren usar algún eufemismo o sinónimo, mientras que los profesionales médicos lo utilizan con frecuencia internamente, pero la omiten o la disfrazan en sus informes", señalan.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_