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Dos madres y un padre para evitar enfermedades genéticas

La técnica de la oveja 'Dolly' se añadiría a la fertilización 'in vitro' para transmitir ADN mitocondrial sin mutaciones

Investigadores de la Universidad de Newcastle, en el Reino Unido, han creado embriones humanos viables libres de errores en el ADN mitocondrial mediante una variante de la técnica de clonación empleada para crear la famosa oveja Dolly en 1996. El trabajo lo publica la revista Nature y ha dado lugar a discusiones éticas y legales. En todo caso, los científicos afirman que en los próximos tres años mujeres con riesgo genético tratadas con esta nueva técnica de reproducción asistida podrían dar a luz niños a los que no habrían transmitido esas enfermedades hereditarias. Antes, sin embargo, aseguran que realizarán estudios más avanzados para comprobar su seguridad. Las leyes británicas y las españolas prohíben utilizar este tipo de procedimientos en tratamientos de infertilidad.

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Alrededor de uno de cada 200 niños que nacen presenta mutaciones del ADN mitocondrial, pero en la mayoría de casos sólo padecen enfermedades leves o son asintomáticos. Sin embargo, en uno de cada 6.500 niños, estas alteraciones provocan serios problemas cardiológicos, fallo hepático, desórdenes cerebrales, ceguera o síndromes relacionados con la debilidad muscular.

La técnica ahora desarrollada es una variante del método usado en Dolly. Se trata de la transferencia de ADN nuclear y, en vez de clonar, se reemplaza la mitocondria alterada (un orgánulo que suministra la energía necesaria para la actividad celular), de forma que el bebé no herede los errores genéticos de la madre, que es la única transmisora de la mitocondria y su ADN. "Lo que hicimos es como cambiar la batería de un ordenador portátil. Proporciona correctamente energía, pero no hemos cambiado la información del disco duro", explica Doug Turnbull , investigador que ha liderado el trabajo.

Un niño nacido por este método tendría las mitocondrias sanas, pero en el resto de aspectos mantendría la información genética de sus padres, añade Turnbull. El ADN de las mitocondrias es independiente del que se encuentra en el núcleo de la célula y contiene sólo 37 genes conocidos, mientras que el núcleo alberga más de 20.000 genes.

El procedimiento consiste en hacer una fertilización in vitro normal, en la que se unen el óvulo y el espermatozoide. Después, del óvulo fecundado resultante se extrae el ADN nuclear y se implanta en el óvulo de una mujer donante, cuyo propio núcleo ha sido extraído. El embrión resultante, que se implantaría en la madre biológica, hereda entonces el ADN nuclear o genes de ambos padres, mientras que el ADN mitocondrial procede de la "madre" donante, que está libre de alteraciones en la mitocondria.

El equipo de Newcastle ha creado y desarrollado en el laboratorio 80 embriones de entre 6 y 8 días, hasta alcanzar la fase de blastocisto (una especie de bola con alrededor de 100 células). Luego los embriones fueron destruidos siguiendo las normas vigentes en el Reino Unido.

Voces críticas como la de Comment on Reproductive Ethics aseguran que "con este paso se está yendo demasiado lejos y con la contribución de una mujer donante, aunque sea tan pequeña como ésta, supone un intento de crear un niño de tres padres", afirma Josephine Quintavalle, portavoz del grupo. Para otros, son afirmaciones ignorantes. "Todas las características del niño provendrían de sus dos padres reales", respondió a las críticas Alison Murdoch, del Newcastle Fertility Centre, el centro de reproducción que ha proporcionado pacientes para estos estudios. El estudio se realizó a partir de embriones fertilizados que se desecharon en tratamientos de fecundación artificial. La investigación ha sido financiada por la Campaña de Distrofia Muscular, el Consejo de Investigación Médica y la organización médica Wellcome Trust.

Sharon Bernardi, una mujer que perdió a seis bebés a los pocos días de su nacimiento como consecuencia de las alteraciones genéticas que heredaron de su madre, declaró a la agencia Efe que "será demasiado tarde para mí, pero sería fantástico si los científicos pudieran prevenir que esto siga ocurriendo en el futuro, de manera que otros no tengan que pasar por lo que yo pasé".

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