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La lucha contra la malaria pisa el acelerador

Los científicos reciben más de 13.500 compuestos para buscar nuevos medicamentos

Más de 13.500 moléculas que han mostrado en laboratorio hacer daño al parásito de la malaria están disponibles desde hoy para que los investigadores de todo el mundo interesados trabajen con ellas y así acelerar la llegada de nuevos medicamentos. A esta escala es un hecho insólito en el sector, que refleja el impulso mundial, de la mano de la OMS y de la filantropía privada, para luchar contra una plaga que mata un niño en África cada 30 segundos.

La primera etapa, la selección de estas moléculas, la ha hecho, desde Madrid, una gran compañía farmacéutica con la misma técnica de cribado de su inmensa colección de compuestos que utiliza para buscar remedios a cualquier enfermedad que le interese económicamente. Pero con la malaria no se puede ganar dinero, así que GlaxoSmithKline (GSK) decidió hacer el trabajo, que duró más de un año y ha sido financiado en parte por la Medicines for Malaria Venture, pero renuncia a patentar sus resultados, como aportación al esfuerzo mundial contra la enfermedad.

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"Aquí somos unos 125 científicos y no podríamos investigar más de dos o tres de las moléculas, así que pedimos a la comunidad científica que mire la base de datos e intente usar esos compuestos como herramientas, y que hagan públicos sus resultados", explica José Francisco García Bustos, director de Biología en el Centro para el Descubrimiento de Medicamentos para Enfermedades de Países en Desarrollo que GSK tiene en Tres Cantos (Madrid), inaugurado en 2001. García Bustos ha dirigido en colaboración con otros centros de la empresa el análisis de los más de dos millones de compuestos de la colección de GSK, cuyos resultados publica hoy la revista Nature, junto a otro estudio similar con una colección menor que también aporta nuevos puntos de partida para luchar contra la malaria.

"Hemos hecho en realidad tres cribados, con abordaje de célula entera, en el que se echan directamente los compuestos al parásito, el Plasmodium falciparum", explica García Bustos."Uno para una cepa de laboratorio, otro para una cepa resistente y el último en células humanas en cultivo, para saber cuáles son tóxicos para el ser humano. Hacemos públicos todos los resultados porque incluso los venenos pueden llevar a nuevas dianas".

Un resultado esperado es la identificación de los actuales medicamentos contra la malaria, lo que indica que el método es válido, y otro, menos esperado pero que induce al optimismo, es que un 60% de los compuestos seleccionados resultan ser activos frente al parásito resistente a los tratamientos que se utilizan ahora. La resistencia es uno de los grandes problemas de la malaria, como sucede con cualquier enfermedad infecciosa.

El 80% de los compuestos seleccionados han sido sintetizados en la compañía, por lo que no son de conocimiento público y sorprenderán a muchos científicos, explican en la empresa. "Son moléculas sencillas, fácilmente sintetizables, porque lo que buscamos es el objetivo fijado por la OMS para el tratamiento, que incluye que sea de administración oral, eficaz en tres días, y que el coste total no supere el dólar", señala el científico español.

El cribado se hace contra la fase del parásito en la sangre, que es cuando produce los síntomas típicos de la malaria, y uno de los objetivos es romper la transmisión, que el parásito no llegue a reproducirse dentro del mosquito que pica al infectado.

Entre los compuestos cuyo mecanismo de acción era ya conocido los más numerosos son los inhibidores de quinasas. Los autores sugieren que estos compuestos abren la puerta a estrategias terapéuticas innovadoras contra la malaria. En el artículo de opinión que acompaña a la publicación en Nature, David A. Fidock, comenta: "Este hallazgo constituye una nueva vía de investigación importante para el desarrollo de nuevos medicamentos antimaláricos, lo que podría aprovecharse de los grandes colecciones de compuestos ya desarrollados contra las proteína quinasas en otras áreas terapéuticas".

Todas estas estructuras químicas están disponibles en el European Bioinformatics Institute (EMBL-EBI) , en Collaborative Drug Discovery (CDD) y en PubChem (National Library of Medicine) .

Representación en la revista <i>Nature</i> de algunos de los compuestos cuya actividad antimalárica no era conocida.
Representación en la revista Nature de algunos de los compuestos cuya actividad antimalárica no era conocida.NATURE
Laboratorio de descubrimiento de fármacos de GlaxoSmithKline en Tres Cantos (Madrid).
Laboratorio de descubrimiento de fármacos de GlaxoSmithKline en Tres Cantos (Madrid).GSK
José Francisco García Bustos, científico de GSK.
José Francisco García Bustos, científico de GSK.GSK

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