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Entrevista:SILVIA ABRIL | humorista y actriz

"Lucho contra el anonimato en la ciudad"

A la humorista y actriz Silvia Abril, esta sesión de fotos le parece almodovariana, y le encanta: ella con un vestido de lunares y perro [no es el suyo, que se llama Mel], flanqueada por una vecina que le ofrece naranjas y por otra que vuelve de la compra, en una corrala de Madrid. "Una de las cosas que más me gustan es relacionarme con mis vecinos". No lo consiguió durante los años en los que vivió en un edificio de siete plantas de la Gran Vía barcelonesa. Pero se fue, volvió, y esta vez sí se ha integrado en un vecindario compacto que monta cenas, comparte clases de yoga en una casa y se ayuda.

¿Qué le aporta eso?

Recupero el espíritu de mi infancia. Soy de pueblo, he jugado en la calle, mis amigas han sido mis vecinas, he tenido largas charlas con mis compañeros de camino al colegio...

Es como que en algún momento hemos perdido ese espíritu comunitario.

Ha crecido el anonimato; es algo que se valora y es algo contra lo que yo lucho, quizá porque al ser actriz y dedicarme al mundo del espectáculo necesito también mi público y lo busco en mis vecinos.

¿Qué más se le ha quedado por el camino a la gran ciudad?

Humanidad. Apenas nos miramos al cruzarnos por la calle. ¿Y qué hay más bonito que mirarte a los ojos con alguien, dedicarle una sonrisa, un buenos días?

Le atrae mucho la idea del banco de tiempo.

Sí, se trata de intercambiar horas aportando lo que cada uno sabe hacer: yo te doy clases de inglés y tú me cortas el pelo. Un trueque. Tiene su propia moneda, que en Tarragona, por ejemplo, se llama eco: si un fontanero emplea dos horas de su tiempo libre en arreglar una avería, tendrá dos ecos cuando necesite algo de los demás.

¿Lo propondrá en su edificio?

Me lo estoy planteando. En realidad ya lo hacemos de manera espontánea e improvisada. Yo me ofrecería para estar con los niños o pasear perros.

Imagínese que tiene dos vecinos en el piso de arriba que se llaman Zapatero y Rajoy y que se llevan a matar. ¿Qué haría?

Pondría música clásica muy alta, para amansar. El japonés Masaru Emoto sostiene que la música afecta a las partículas del agua. ¡Y somos un 70% agua! Después hablaría muy bien al uno del otro, mediaría sin que ellos lo supieran.

Uno de los problemas medioambientales que más le preocupan es lo que estamos haciendo con el mar.

Cómo lo estamos ensuciando; la gente que tiene barco y tira la basura al mar sin consideración ninguna; los vertidos, no sólo el de la BP, también el Prestige, esos pájaros impregnados de petróleo... Son cosas de las que no me sale reírme, me producen demasiada pena. Y eso que creo que a las desgracias, para superarlas, hay que echarles humor.

La actriz Silvia Abril defiende la relación con los vecinos
La actriz Silvia Abril defiende la relación con los vecinosALFREDO ARIAS

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