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Un agricultor entre las cuerdas

Un granjero se enfrenta a cuatro años de cárcel por ceder una nave que una presunta banda usaba como almacén de hachís

"¡Cuándo me dijeron que era droga! ¡Ostras!". Es la reacción que Salvador G., de 55 años, tuvo al saber que las dos personas a las que había alquilado parte de su nave en una granja en Ullastret (Girona) usaban el local como almacén de hachís. El hombre se enfrenta a cuatro años de prisión y a una multa de 1,5 millones por un delito de tráfico de drogas.

La fiscalía considera que "auxilió al resto de los acusados en dicha actividad de almacenaje de la sustancia estupefaciente, percibiendo a cambio una retribución económica". El agente de la Guardia Civil encargado de la investigación del caso ha desvinculado al agricultor de la banda criminal esta mañana en el juicio, que se ha celebrado ante la sección cuarta de la Audiencia Provincial de Girona. "Lo que desconozco es si tenía conocimiento de que ahí dentro había una organización de drogas", ha matizado.

Salvador lo ha negado todo y ha contado que cedió parte de su nave (un antiguo baño y una oficina en desuso) a Mohamed D. hace tres años porque era una persona de confianza. Convinieron un contrato de alquiler verbal por unos 50 euros mensuales, cuando podía pagarlos. "Éramos muy amigos. Me hubiese quitado la comida de la boca para dársela", ha relatado Salvador.

Los dos coincidieron durante un año y medio en un empleo anterior y allí nació la amistad. Poco después, siempre según la versión del agricultor, Mohamed le pidió que le dejase guardar electrodomésticos y cachivaches en la nave para arreglarlos y venderlos. Luego, Mohamed prestó a su vez parte del espacio a Lahcen I., con el consentimiento de Salvador.

"En un principio pensé que el problema era que aquello era robado. Alguna vez ya le había dicho: 'No me comprometas", ha recordado esta mañana el agricultor. Pero en realidad, según el escrito de calificaciones del fiscal y según ha relatado el agente que instruyó la causa, Mohamed y Lahcen formaban parte de una banda organizada que se dedicaba a introducir hachís desde África.

El día de la detención, el 12 de junio de 2008, la Guardia Civil halló 593 kilos de hachís, con una pureza de entre el 8,4 y el 14,9 por ciento, en la nave. En el mercado hubiese valido más de 850.000 euros. La fiscalía pide cuatro años y 1,5 millones de multa también para Mohamed y Lahcen. Otros dos integrantes de la supuesta banda son Mustapha D. y Abdelaziz D. El primero se enfrente a cuatro años y seis meses de prisión por reincidencia. El segundo, considerado el cabecilla, debe responder a la solicitud de seis años de prisión y dos millones de multa del Ministerio Público.

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