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Los consejos de administración de Bélgica contarán con un tercio de mujeres

En la actualidad, su representación no llega al 7% en los órganos de gestión de las sociedades que cotizan en bolsa

Las empresas belgas tendrán al menos un tercio de mujeres en su consejo de administración, según un proyecto de ley aprobado por la Cámara de Representantes que será ratificado más adelante por el Senado. En la actualidad, las mujeres no llegan al 7% en los órganos de gestión de las sociedades que cotizan en bolsa. Según el proyecto de ley, la votación parlamentaria enmienda injusticias históricas y los ecologistas, uno de los partido defensores de la idea, alegan que la llegada de mujeres a las cúpulas empresariales generará beneficios en cadena.

El triunfo de la moción en la Cámara baja belga fue holgado, pero estuvo lejos de ser lo arrollador que cabría esperar en un país de la Europa del siglo XXI. Los 71 votos a favor (de izquierda, democristianos y ecologistas) justo superaron a la suma de los 54 en contra (entre los que se contaron los separatistas flamencos en sus tres variaciones) y las 16 abstenciones.

El texto reclama la participación de al menos un tercio de personas de un sexo -lo que traducido en la práctica supone al menos un tercio de mujeres- en las empresas belgas, con un escalonamiento en la aplicación que varía desde la inmediatez para los sociedades públicas autónomas (como correos, la lotería nacional o la telefónica Belgacom) hasta los ocho años para las pymes. Las sociedades cotizadas en Bolsa tendrán hasta seis años para implantar la cuota.

La ley establece que cada vez que se produzca una vacante en un consejo de administración, el hueco deberá ser cubierto por una mujer hasta alcanzar el previsto tercio. Y una vez alcanzado el calendario de plena aplicación de la norma, los nombramientos que la violen serán nulos de pleno derecho y el presidente del Consejo de Administración perderá su dieta de asistencia.

Un dictamen del Consejo de Estado reclamado durante el proceso legislativo señaló que la cuotas son no solo un instrumento útil para responder a la desigualdad entre hombre y mujeres, sino que constituyen actuaciones positivas para "prevenir o compensar las desventajas asociadas al sexo para poder garantizar una plena igualdad".

Los resultados de la aplicación de la ley serán evaluados a los 12 años de su entrada en vigor, pero de creer a los ecologistas flamencos, para entonces debería haber pruebas suficientes de la bondad del empeño: "La experiencia demuestra que las empresas en cuyos órganos de decisión están bien representados ambos sexos funcionan mejor, son más creativas y más respetuosas con sus trabajadores, sus clientes y el medio ambiente".

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