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Educación otorgará las ayudas en función de la renta de las familias

La consejería cambia el criterio para introducir la proporcionalidad

Se acabó la fórmula del café para todos en la distribución de ayudas escolares. La Generalitat modificará todo el paquete de subvenciones nominales en materia de transporte, comedor, bono infantil y bono-libro para primar la "proporcionalidad" en su adjudicación. El consejero de Educación, José Ciscar, avanzó ayer, a través de un comunicado, que en la modificación de los criterios de asignación de ayudas escolares primarán los niveles de renta familiar más bajos y se tendrán en cuenta las circunstancias socio-familiares de los solicitantes, así como el número de cónyuges o tutores legales desempleados.

"Todas las ayudas se reformarán con profundidad", avanzan fuentes de la consejería, que adelantan que "la distribución se hará por tramos de renta". Esto significa que las ayudas del bono infantil, de transporte y comedor y de libros que hasta ahora han sido lineales serán "progresivas" el próximo curso. Un ejemplo: si las ayudas del bono-libro este curso ascienden a 105 euros para todos los alumnos de Primaria y de primero de Secundaria por igual, a partir del próximo curso —con los nuevos criterios de baremación— podrán ser del 100%, del 70% o sólo del 40%.

Esta fórmula de asignación progresiva pretende que los 72,8 millones de euros destinados este curso al bono libro, a las ayudas a Secundaria y al bono infantil no se reduzca. Pero sí que alcance a mayor número de población escolar, al distribuirse en tres tramos.

"La cantidad de dinero en ayudas sociales de la consejería no va a variar", subrayan las mismas fuentes. En el curso actual, Educación ha concedido un total de 221 millones en ayudas escolares de las que se benefician 645.000 alumnos, incluyendo los 85,1 millones de euros en becas de comedor escolar y los 63,2 de ayudas al transporte escolar.

El tema más peliagudo del reajuste será el de imprimir racionalidad a las becas de transporte escolar y comedor. La normativa autonómica concede la beca de comedor de forma automática a todos los alumnos desplazados en autobús escolar. Este capítulo de ayudas contempla dos tipos de alumnado desplazado: el que, por razones personales solicita un centro privado concertado, normalmente situado en zonas residenciales a las afueras de los grandes núcleos urbanos; y el alumnado que, al no tener centro educativo en su municipio de origen tiene que desplazarse generalmente a un centro público de carácter comarcal. Por ejemplo estudiantes de Morella que acuden al instituto público de Vinaròs o del valle de Ayora que se desplazan todos los días a Requena.

En el primer grupo, muchas familias denuncian fraudes en sus centros educativos, donde se demuestra que alumnos beneficiarios han sido empadronados de manera fraudulenta en urbanizaciones para obtener automáticamente las becas de comedor.

En el segundo grupo, figuran el montón de alumnos en su mayoría de Secundaria y Bachillerato que no tienen instituto en sus municipios, pero que, al llegar al instituto público comarcal, no tienen ni siquiera una cantina donde comer. Prácticamente ningún instituto público ofrece servicio de comedor, al contrario de los privados concertados.

Educación ha introducido con escasa aceptación social este tipo de "proporcionalidad" en octubre al lanzar una segunda convocatoria de tres millones de euros para completar las ayudas de comedor. La fórmula ha tropezado con la Confederación de Padres de alumnos de la escuela pública Gonzalo Anaya, que reclama becas completas. Educación se compromete a negociar los nuevos criterios con todos los agentes educativos implicados.

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