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Detectados niveles de radiación fuera del límite de seguridad en campos de arroz de Fukushima

Es la primera vez que una partida de ese cereal presenta índices tan altos de cesio desde el inicio de la crisis nuclear

Las autoridades japonesas han prohibido el suministro de arroz procedente de un área cercana a la central nuclear de Fukushima 1, tras haber sido detectadas muestras con una concentración de cesio radiactivo de 630 becquerelios por kilogramo, cuando el máximo permitido por razones de seguridad es de 500 becquerelios. El grano contaminado fue encontrado en una granja en Onami, 57 kilómetros al noroeste de la planta atómica. Se trata de la primera prohibición dictada contra el envío de arroz -un componente básico de la dieta japonesa- desde que la central resultó gravemente dañada como consecuencia del terremoto y el tsunami del pasado 11 de marzo. El hallazgo añade un nuevo motivo de nerviosismo a los consumidores, que, desde el desastre, se preguntan por la seguridad de algunos alimentos.

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El Gobierno ha anunciado hoy que ha dado orden al gobernador de la prefectura de Fukushima de que detenga los envíos de arroz cultivado en Onami hasta que se confirme que es seguro. Esta región plantó 42 hectáreas este año, que han producido un total de 192 toneladas en la cosecha recogida a finales de octubre. El veto afecta a 154 granjas. La producción de todo Japón ascendió a 8,48 millones de toneladas el año pasado.

Las autoridades afirman que, de momento, solo han detectado arroz con niveles de radiactividad superior a 100 becquerelios por kilogramo en el 0,8% de los más de 3.000 puntos controlados, y que ninguno de los 840 kilogramos producidos en la granja donde se ha identificado la muestra contaminada ha sido enviado a los mercados.

Yuhei Sato, gobernador de Fukushima, declaró el mes pasado que el arroz producido en la prefectura era seguro porque las inspecciones llevadas a cabo no habían dado señal de grano con niveles de cesio superior a 500 becquerelios por kilogramo.

La prohibición de la venta de alimentos como consecuencia de la crisis nuclear no es nueva. Afectó a verduras, leche, ternera y pescado, entre otros, al poco de estallar la catástrofe, y muchos japoneses han dejado de consumir productos de las regiones cercanas a Fukushima como precaución. Pero que haya llegado al arroz, que muchas familias japonesas consumen tres veces al día, es un salto cualitativo en la crisis. El arroz cultivado en Japón es considerado de calidad superior al importado, y está protegido con fuertes aranceles, en parte para proteger a los campesinos locales, muchos de ellos de avanzada edad.

La organización medioambiental Greenpeace ha asegurado hoy jueves que ha detectado pescado con radiactividad en algunos supermercados del país, aunque los niveles están muy por debajo de los límites legales. Ha encontrado bacalao con 47,3 becquerelios por kilogramo y trazas de radiación en otros pescados, incluido atún.

Un equipo internacional de investigadores ha asegurado esta semana que el cesio radiactivo emitido por Fukushima 1 podría haber contaminado el suelo en la isla de Hokkaido y zonas del oeste del archipiélago como Chugoku y Shikoku, situadas a más de 500 kilómetros de la planta nuclear. El equipo simuló la difusión de las partículas contaminantes, combinando las pautas atmosféricas con medidas de la radiactividad nacional tomadas sobre el terreno.

Los investigadores han asegurado también que los niveles de radiación estimados limitarán seriamente la producción de alimentos en el este de la prefectura de Fukushima -ya que tiene concentración de cesio 137 de 2.500 becquereles por kilogramos- y dificultará la agricultura en las provincias vecinas, aunque en estas los niveles se encuentran dentro de los límites de seguridad. El terremoto y el tsunami provocaron alrededor de 20.000 muertos y desaparecidos, ninguno de ellos, de forma directa, hasta ahora, por la catástrofe nuclear.

Imagen de una granja vacuna en los alrededores de Fukushima (Japón) tomada la semana pasada.
Imagen de una granja vacuna en los alrededores de Fukushima (Japón) tomada la semana pasada.MAX HODGES (CORDON PRESS)

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