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43 periodistas pierden la vida en 2011 en el ejercicio de su profesión

Pakistán, el país más peligroso para los informadores, registra siete víctimas

Rosario G. Gómez

El año 2011 no ha sido un buen año para la libertad de expresión. Tampoco para los periodistas. Al menos 43 profesionales murieron mientras ejercían su labor informativa. Pakistán ha sido el país más letal, con siete fallecidos, según los datos del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) hechos públicos hoy en Nueva York. En 2010 esta organización contabilizó 42 crímenes.

Libia e Irak han sido territorios especialmente hostiles para los periodistas. En cada uno de estos países han caído este año cinco profesionales, mientras que en México fueron asesinados tres reporteros.

EL CPJ percibe “cambios significativos” en la forma en la que los periodistas han perdido la vida. Un total de 16 cayeron mientras cubrían tareas de riesgo (en enfrentamientos violentos o como consecuencia de las caóticas revueltas en el mundo árabe). “El mayor riesgo al que se enfrentan hoy los periodistas en los países árabes de la posrrevolución es el ataque a la prensa por parte de fuerzas políticas hostiles a cualquiera que informe sobre ellas”, dice el CPJ.

Además, fueron asesinados premeditadamente 19 periodistas, la cifra más baja desde 2002. En Rusia fue acribillado a balazos el fundador de Chernovik, un periódico crítico independiente, y en Filipinas se han contabilizado dos casos de comentaristas de radio asesinados.

El CPJ también tiene constancia de ocho periodistas que cayeron en “situaciones de combate”, la mayoría durante la revolución libia. Este conflicto fue “una de las revoluciones verdaderamente televisadas”, según señaló James Foley, un periodista estadounidense del Global Post detenido en ese país en abril. “Todos usaban una cámara, y una cámara es mucho más reconocible”.

También los ciberperiodistas han sido víctimas de la barbarie. Ocho informadores fueron atacados por sus trabajos en Internet y en las redes sociales. Entre las víctimas figura la reportera mexicana María Elizabeth Macías Castro, cuyo cuerpo decapitado fue encontrado en la ciudad de Nuevo Laredo (México), junto a una nota indicado que había sido asesinada por informar en las redes sociales, según la organización. Su asesinato marcó el primer caso documentado por el CPJ en el mundo que se produjo en relación directa con informes periodísticos publicados en las redes sociales, ha recordado el comité.

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