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Televisión caníbal

Polémica en Holanda por un programa en el que dos presentadores comieron carne humana

Isabel Ferrer
Los presentadores caníbales, Valerio Zeno, izquierda, y Dennis Storme.
Los presentadores caníbales, Valerio Zeno, izquierda, y Dennis Storme.

La polémica desatada en Holanda después de que la cadena de televisión BNN rompiera anoche uno de los tabúes sociales más arraigados, el canibalismo, ha llevado a sus responsables a confirmar que, efectivamente, se trataba de carne humana. "Hemos hecho todo lo posible por demostrar, en vivo y en directo, que los pedazos cocinados procedían del cuerpo de nuestros colaboradores. Ya no podemos hacer más. La carne era de ellos. Era carne humana", han dicho hoy sus portavoces. La cadena BNN, especializada en producciones polémicas, filmó a sus presentadores Valerio Zeno y Dennis Storm comiendo un pedazo de carne humana en la serie titulada Conejos de Indias. En medio de una especie de juego del desconcierto, antes de la emisión, la agencia de noticias United Press International anunció que se trataba de un fraude. Habían engañado a todos, dijeron, para alertar sobre la falta de donantes en Holanda. En 2007 ya lo hicieron con una falsa enferma de riñón.

Sin embargo, el ciclo del desconcierto se cerró al final de la emisión del programa. A diferencia de 2007, no desmintieron los hechos. De modo que cuando los presentadores se despidieron enseñando sendas cicatrices, quedó claro que sí. Que la carne era humana y la degustaron buscando ganar la mayor repercusión mediática posible.

La cadena BNN, una de las más jóvenes de Holanda, pretende concienciar a la ciudadanía a través de emisiones chocantes

Antes, se había visto cómo los supuestos caníbales por un día aceptaban acudir al cirujano para que les extrajera un trozo de músculo y grasa. A Storm le cortaron en el trasero y a Zeno, el abdomen. Las cámaras siguieron a ambos hasta el quirófano donde supuestamente se iba a realizar la operación. Incluso se hicieron guiños legales: mientras BNN insistía en que el pacto fue voluntario y entre adultos, Gerard Sprong, un abogado que tenía que dar fe de los hechos, señaló que podrían acabar ante los jueces porque la operación no era necesaria. Al final, unas porciones de carne fueron introducidas en una bolsa de congelar y conservadas para su posterior uso.

Ya en el plató, el programa cambió de registro. De la supuesta telerrealidad médica, se pasó al escenario propio de las emisiones culinarias. Separados por un chef, los presentadores examinaron a fondo las muestras de carne. “¿Queréis olerlas?”, dijo el cocinero. “Huele a carne cruda”, comentó Valerio. “Así es”, contestó Dennis. A continuación, la carne fue echada a una sartén previamente calentada. “Espera un segundo. Disfrútalo antes de comerlo”, le pidió uno de los presentadores al otro. Y eso hizo. “Resulta extraño mirar a los ojos de un amigo cuando estás masticando su vientre”, dijo Storm. Después añadió que la carne humana sabe como cualquier otra. Como no querían camuflarla, pidieron que no estuviera condimentada. Durante toda la emisión, varias azafatas acompañaron al trío en cuestión. El público pasó de la sorpresa a contener la respiración y casi al grito cuando llegó el momento del ágape.

Fundada en 1997, BNN es una de las cadenas más jóvenes de Holanda. Su intención es concienciar a la ciudadanía a través de emisiones chocantes. Produce programas que denuncian, por ejemplo, las barreras impuestas a los discapacitados. Con los donantes de riñón, engañaron a todo el país. Entonces, el aplauso superó a las críticas porque aumentó la cifra general de donantes de órganos. Con la carne humana la polémica está siendo mayor. Antes de la emisión, las redes sociales dieron, unánimes, su respuesta: parecía un ejercicio macabro. Después todo era preguntarse si acabarán en los tribunales.

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