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Aznar reivindica la paternidad del modelo español de renovables

El expresidente reclama “acompasar” la implantación de energías limpias a que se abaraten En tono moderado destaca que él firmó Kioto y no muestra ni atisbo de 'negacionismo' climático

José María Aznar, durante la inauguración del I Foro Global de Sostenibilidad en Madrid.
José María Aznar, durante la inauguración del I Foro Global de Sostenibilidad en Madrid.LUIS SEVILLANO

El cartel anunciaba a José María Aznar hablando de sostenibilidad en un foro de energía y medio ambiente. Pero en vez de una declaración gruesa, una carga contra los ecologistas o las energías renovables, apareció un expresidente moderado. Revindicó la paternidad del sistema español de renovables –algo que el sector de la energía limpia siempre echó en falta- y solo pidió “acompasar la implantación de fuentes de energía renovable a que estas alcancen un grado de madurez tecnológica de costes que asegure que no supondrán un lastre para la competitividad y la generación de empleo del conjunto de la economía".

El I foro de sostenibilidad organizado en Madrid por Ernst and Young arrancó con expectación por escuchar a Aznar. Sus intervenciones en temas de cambio climático o energía no han sido demasiado abundantes pero siempre fueron jugosas. En 2008, al presentar un libro en el que el presidente checho Vaclav Klaus negaba el calentamiento, Aznar cargó contra “los abanderados del apocalipsis climático”.

Hace un año, apenas unos días antes de que se desencadenara la crisis nuclear de Fukushima (Japón) por el terremoto y posterior tsunami del 11 de marzo, el expresidente presentaba la propuesta energética de la Fundación FAES con un duro alegato contra la situación de las renovables en España, que, según dijo “merman la competitividad de la industria cargándola con los sobrecostes de unas primas descontroladas”.

Hoy, en cambio, Aznar ha mantenido un tono mucho menor y ha reivindicado que fuera su Gobierno el que ratificó para España el protocolo de Kioto (lo que no impidió que las emisiones de gases de efecto invernadero se dispararan bajo su mandato). Además, ha subrayado que al llegar al Ejecutivo sentó “las bases del desarrollo de la industria española de energías renovables, por entonces inexistente en nuestro país, sobre unas bases económicamente sólidas y sostenibles”.

El sector renovable siempre cuenta que el sistema de primas se desarrolló en la primera legislatura de Aznar y que fue ese mecanismo el que permitió a España el liderazgo en la eólica. La curva de la potencia instalada de la Asociación Empresarial Eólica muestra un aumento constante desde 1998. Aunque fue con Zapatero cuando las cuotas de renovables siguieron creciendo, especialmente los últimos años, el PP pareció desmarcarse de esa política energética.

De hecho, el secretario de Estado de Comercio y miembro destacado de FAES, Jaime García-Legaz, ha señalado que el PP apostó por “construir un sector renovable puntero" algo que “afortunadamente fue seguido por el Gobierno que le siguió”.

Aznar también ha demostrado cierta memoria selectiva, pues se ha apuntado que durante su mandato prolongó “la vida útil de las centrales nucleares de España, pues no emiten CO2 ni otros gases de efecto invernadero y producen una energía de calidad y barata que mejora la competitividad del conjunto del tejido productivo”. En realidad, con Aznar en Moncloa, los dos grandes partidos fijaron la fecha de cierre de la nuclear de Zorita para 2006, antes de que cumpliera los 40 años. La decisión fue adoptada formalmente por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) aunque populares y socialistas explicaban entonces abiertamente que fue un pacto político.

La alusión a que se debe acompasar la implantación de las renovables a que bajen sus costes puede implicar una petición de moratoria a las renovables –no hubo forma de preguntar al expresidente-, pero lo cierto es que la literalidad de la frase la podría suscribir mucha gente de izquierda y derecha. Aznar sí ha insistido en que al hablar de sostenibilidad no se puede referir solo al medio ambiente, sino que eso incluye el control del déficit para no cargar a las generaciones futuras con una deuda excesiva.

En el foro, en el que también estaba el exministro Juan Costa, hoy en Ernts & Young, o Enrique Iglesias, Secretario General de la Secretaría General Iberoamericana, ha habido cantidad alusiones a la sostenibilidad y a la necesidad de cambiar el modelo de crecimiento basado en el consumo intensivo de recursos naturales. Tantas, que la reciente frase de Javier Arenas –“estoy harto de la milonga de la economía sostenible”- sonaba como de otro planeta (o al menos de otro partido).

García-Legaz incluso ha reclamado que “la agenda medioambiental” siga siendo una “prioridad de todos los Gobiernos en cualquier país”. Este ha defendido que "afortunadamente, el acalorado debate que se vivió hace unos años sobre la agenda ambiental y el cambio climático ha entrado en cierta racionalidad". "Ha dejado de lado las tesis negacionistas radicales y por otro lado las tesis radicales que apuntaban a tesis neomalthusianas o de resurrección del Club de Roma", ha añadido. Según García Legaz el debate nuclear está superado: “Ya no estamos en un momento en las posiciones del nada nuclear o todo renovable. Nadie considera sensatos planteamientos de este tipo". "En un mundo sensato todas las fuentes energéticas necesitan su papel y los ecologistas sensatos (…) reconocen el papel que debe tener la energía nuclear".

El secretario de Estado también ha insinuado (o así se puede interpretar) que Europa debería dejar –al menos por un tiempo- el liderazgo en la lucha contra el cambio climático. "La UE, que ha liderado estos debates, y España deben también ser conscientes de que en estos momentos de crisis es el momento de pedir mayor responsabilidad hacia otras áreas del mundo (…) Es el momento de que Europa mire hacia China y hacia países emergentes y le pida a EEUU el esfuerzo", ha señalado.

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