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“Solo hay cuatro temas de 40 que son iguales”

La vuelta al programa antiguo elimina el estudio de temas como los relacionados con la informática

Pilar Álvarez
Eduardo Jevremovitch, director de la academia Magister de Madrid, posa con los temarios que hay que cambiar en un aula con alumnos.
Eduardo Jevremovitch, director de la academia Magister de Madrid, posa con los temarios que hay que cambiar en un aula con alumnos.LUIS SEVILLANO

Sara pasó el martes guardando y sacando folios y carpetas. Metió debajo de la cama los tres archivadores del temario aprobado en noviembre. Y sacó los cuatro del anterior “dando las gracias de que no los había tirado a la basura”. Sara, que prefiere figurar sin apellido, se quedó en paro en septiembre por el recorte de interinos de la Comunidad de Madrid. Esta mujer de 33 años dedica todo su tiempo a las oposiciones para intentar obtener una plaza de profesora de Lengua y Literatura. Su temario, asegura, ha variado cuatro veces desde el verano. Estudiaba la propuesta de 1993, poco después comenzó a trabajar con los borradores no oficiales que circulaban por la academia, en noviembre hubo otra modificación “mínima”, el 28 de diciembre se publicaron en el BOE cambios por “errores” en los epígrafes y el 7 de febrero volvió a lo anterior. En su asignatura, volver a las propuestas de 1993 significa no estudiar el uso de la lengua en Internet (foros, chat...) o qué es la cibercultura. “Es un temario obsoleto”, asegura esta opositora.

En la octava planta de un edificio del norte de Madrid, los teléfonos no paran de sonar en la academia Magister. “Nadie se lo cree, nos hemos quedado perplejos”, señala el director, Eduardo Jevremovitch, desde su despacho, lleno de cajas, apuntes y del que no para de entrar y salir gente para dar recados. “Regresar a los temarios previos significa, por ejemplo, que los opositores no estudien asuntos relacionados con la informática”.

Además, los opositores tendrán que responder a los exámenes con arreglo a una ley derogada hace ya seis años, la LOGSE, explica Óscar Cortés, de Cen Oposiciones. “En una oposición, el tiempo es fundamental, así como ajustarse estrictamente a lo planteado en el temario. Ahora los opositores deben, en parte, desandar lo andado”, explica. Así, es un problema de estructura aparte de contenidos, que quizá en asignaturas como Lengua o Matemáticas no tenga cambios tan grandes. Sí los tendrá, sin duda, en otras especialidades.

“Con el temario viejo, por ejemplo, los alumnos no tratan nuevos fenómenos como el bullying [acoso escolar]“, explica en Magister Ana Rosa Lagares, la profesora que prepara a los orientadores, los especialistas que atienden a los alumnos con más problemas. Sus estudiantes, cuenta, están “desesperados” al encontrar “obstáculos que no tienen que ver con la preparación, sino que son externos”. La media es de 40 aspirantes por cada plaza, según Lagares. Dicen que no perderán del todo el tiempo invertido hasta ahora, pero necesitarán “al menos un mes para reestructurar” los conocimientos adquiridos y volver atrás. “Es información reutilizable, pero la tienen que reorganizar porque a las oposiciones hay que ir con los temas muy claros”. Hasta el cambio, sus alumnos habían preparado ya la mitad de los 79 temas a examen. “Solo cuatro de los 40 son idénticos a lo que había antes, el resto tendrán que cambiarlos”.

Volver a 1993 supone que no se alude a la educación de adultos o a la atención temprana, conceptos básicos en la orientación de hoy. “Está claro que el que ha aprobado este cambio de normativa no está enfrente de esos alumnos y no les puede ver las caras”. Ella lleva dos días intentando animarles. “Unas oposiciones son un parón en tu vida, no tienes amigos, ni familia, ni nada más y ahora esto...”.

En la academia Ecoem de Sevilla la situación ayer era muy parecida. En este centro preparan a alrededor de 2.000 personas para las oposiciones docentes previstas para el mes de junio. “Los más perjudicados son los aspirantes a una plaza de especialidad FP”, detalla Margarita Andrés, responsable del departamento de administración de la academia. Además, ellos, al contrario que los aspirantes a profesores de secundaria, no disponían de borradores de los temarios.

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Sobre la firma

Pilar Álvarez
Es jefa de Última Hora de EL PAÍS. Ha sido la primera corresponsal de género del periódico. Está especializada en temas sociales y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en este diario. Antes trabajó en Efe, Cadena Ser, Onda Cero y el diario La Opinión. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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