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'IN MEMORIAM'

Antonio Escobar, un espíritu libre

Fue uno de los primeros accionistas de EL PAÍS

Antonio Escobar Burgos falleció el pasado sábado en Madrid, la ciudad donde había nacido en 1923. Perteneció a una generación a la que en principio las cosas no le venían bien dadas. Cuando terminó la Guerra Civil era apenas un muchacho que había pertenecido a las Juventudes Libertarias del Puente de Vallecas, pero tuvo que huir de la policía que le acusaba de intentar formar una célula antifascista en fecha tan sorprendente como julio de 1939. Aunque él consiguió zafarse enrolándose con nombre supuesto en la Legión,algunos de sus amigos no tuvieron la misma suerte.

Pero precisamente por su juventud y vigor, la derrota no supuso en muchos de esa generación un trauma insuperable, sino un acicate para construir su vida superando obstáculos. Antonio Escobar, ya a finales de la década de los cuarenta, era un empresario con un gran empuje que, entre sus trabajos, había vislumbrado el gran porvenir que adquirirían los plásticos en la vida cotidiana. Primeramente abrió en la calle Mayor de Madrid Rioplex, posiblemente la primera tienda en Madrid especializada en estos materiales, y después la cadena Pleximar.

El éxito en los negocios nunca le apartó de sus inquietudes literarias y artísticas. Su casa de la calle Pirineos, en Madrid, fue siempre centro de reunión de poetas y artistas.

También fue uno de los primeros accionistas de EL PAÍS y siempre se sintió muy orgulloso de haber contribuido a la creación de una prensa independiente. Sus amigos siempre recordaremos su optimismo esencial, su cálido afecto y su permanente disponibilidad.

Álvaro Martínez-Novillo es historiador y novelista.

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