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El Gobierno de EE UU lanza una campaña para asustar a los fumadores

La iniciativa incluye vídeos con testimonios de personas con problemas de salud por el tabaco

Carolina García
AP

Las autoridades sanitarias de Estados Unidos y el Centro de Prevención de Enfermedades (CDC, por su siglas en inglés) han lanzado hoy una campaña denominada Consejos de exfumadores para dejar de fumar que ofrece testimonios de personas con problemas de salud ocasionados por el hábito de fumar. Es el contraataque del Gobierno a la sentencia de un juez federal que hace dos semanas declaró inconstitucional la obligación de incluir advertencias sanitarias gráficas en los paquetes de cigarrillos.

El principal objetivo de la iniciativa es evitar que los más jóvenes empiecen a fumar y conseguir que quienes lo hacen, lo dejen. “Vivimos en una época muy peligrosa, en la que los cigarrillos son más adictivos y atractivos que nunca y nuestro cuerpo es cada vez más sensible a la nicotina. Los efectos del tabaco son inmediatos y ningún fumador debe engañarse. Por cada persona que muere, dos menores de 18 años comienzan a fumar”, ha subrayado Regina Benjamin, responsable de Comunicación del Departamento de Salud.

Unas 443.000 personas mueren anualmente en EE UU por fumar y más de ocho millones de americanos tienen un familiar o conocido que sufre las dramáticas consecuencias del tabaco en la salud, según ha explicado la secretaria de Sanidad, Katherine Sebelius.

La campaña, que ha costado al Gobierno 54 millones de dólares (unos 41 millones de euros), se compone de ocho vídeos de un máximo de 60 segundos de duración en los que se muestran las consecuencias negativas de fumar. Entre otras consecuencias, muestra casos de amputaciones de órganos por mala circulación de la sangre, ataques al corazón o lesiones de órganos como el pulmón. Los anuncios se divulgarán en televisión, radio, Internet y redes sociales como Twitter y Facebook.

Uno de los vídeos está doblado al español. En él se habla de la dificultad de respirar y la gravedad del asma entre los fumadores. "Queremos que estos entiendan que el tabaco va a tener un efecto muy negativo en su cuerpo. Tal vez no mueran, pero seguro que vivirán enfermos”, ha explicado Thomas Friedman, médico y encargado de la campaña.

“Tenía 15 años cuando empecé a fumar. Tres años después sufrí inflamaciones en mis órganos que acarreaban mucho dolor. A los 23 ya había perdido las dos piernas. A pesar de todo lo que pasé no fui capaz de dejar el tabaco hasta los 27 años y con ayuda. No sabes como te va a sentar el próximo cigarrillo, tal vez te mate”, señala Chris, de 31 años, protagonista de uno de los spots.

Con estos anuncios, el Gobierno estadounidense se ha marcado como objetivo que “por lo menos 50.000 personas se animen a dejar de fumar”, ha dicho esperanzada Sebelius durante una rueda de prensa en Washington. Esta iniciativa va dirigida especialmente a personas entre los 18 y los 54 años, pero se espera también disuadir a los adolescentes.

Cuando una persona deja de fumar al cabo de un año tiene una menor probabilidad de sufrir un infarto; a los cinco, de padecer cáncer de tráquea o laringe, y a los 10 disminuye un 50% la posibilidad de fallecer a causa de patologías pulmonares, según datos facilitados por Benjamin. “De ahí la importancia de esta campaña, sabemos cómo hacerlo y lo estamos haciendo con la verdad”, ha añadido.

La Sociedad Americana del Cáncer asegura que nueve de cada 10 fumadores comenzaron a consumir tabaco antes de cumplir los 18 años. "La lucha requiere un enfoque múltiple, incluyendo una regulación federal del productos, el aumento de impuestos, la creación de lugares de trabajo libres de humo y la inversión sostenida en la prevención y el abandono. La campaña presentada hoy por el CDC va más allá," ha dicho Christopher W. Hansen, presidente de la organización. "Ayudará a confrontar a las grandes tabacaleras, al adicto y a los nuevos usuarios", añade.

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Sobre la firma

Carolina García
La coordinadora y redactora de Mamas & Papas está especializada en temas de crianza, salud y psicología, y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Es autora de 'Más amor y menos química' (Aguilar) y 'Sesenta y tantos' (Ediciones CEAC). Es licenciada en Psicología, Máster en Psicooncología y Máster en Periodismo de EL PAÍS.

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