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Un crédito europeo de 450 millones permitirá terminar las desaladoras

Cañete disipa las dudas sobre el plan: "Vamos a terminar las desaladoras. Por supuesto" Un préstamo del Banco Europeo de Inversiones permite sortear el recorte del presupuesto

El Banco Europeo de Inversiones (BEI) tiene previsto formalizar el próximo 24 de abril la concesión de un crédito blando de 450 millones al Ministerio de Medio Ambiente para concluir las desaladoras. El ministro de Agricultura y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, tras anunciar en el Senado que ya tiene los fondos para terminar las 15 plantas en construcción, afirmó: "Vamos a terminar las desaladoras. Por supuesto".

La gestión socialista en materia de agua sigue cosechando durísimas críticas del Gobierno del PP. Arias Cañete ha declarado en la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara que la situación encontrada con las desaladoras es "especialmente preocupante", ya que tras invertir 1.664 millones de euros, aún hacen falta más de 700. Cañete además ha cargado contra los sobrecostes en las obras, que han vivido lo que calificó como "un festival de los reformados en las adjudicaciones".

Como no hay capacidad presupuestaria ni posibilidad de ampliar capital de las sociedades estatales de agua, Cañete se reunió con la vicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones, la socialista Magdalena Álvarez, para cerrar la concesión del préstamo. El anterior secretario de Estado de Agua, Josep Puxeu, ya anunció la negociación de ese crédito con el BEI al final de la pasada legislatura.

El pacto del préstamo llega después de que la Comisión Europea reclamara la puesta en marcha de las desaladoras, sobre todo porque habían recibido unos 1.500 millones de fondos europeos. Las plantas solo funcionan al 16% de su capacidad. Hay varios factores: estaban sobredimensionadas, alcaldes y agricultores se niegan a pagar el precio del agua desalada (mayor que la convencional) y algunas una vez terminadas no tenían línea eléctrica. Para concluir, la Comunidad Valenciana (del PP) puso todo tipo de trabas administrativas a las plantas en su terriotorio. Como los dos últimos años fueron húmedos, y para evitar la guerra, el retraso no importó mucho a nadie.

Cañete ha cargado contra la política de aguas del PSOE, por los retrasos en la aprobación de los planes de cuenca, que debían estar listos a final de 2009 y que están terminados aunque en un cajón y por los incumplimientos en depuración. "He ido a Bruselas y he dicho:`Voy a intentar hacer en dos años lo que estos señores no han hecho en ocho". El PSOE le ha afeado la crítica continua a la herencia recibida y le ha pedido que comience a gestionar.

El ministro, en un tono no tan atropellado como el de su última comparecencia, ha detallado que se avecina un año de reformas legislativas, no de inversiones, ya que maneja un presupuesto "de un país que está en una situación límite". Además, ha añadido que su prioridad es cumplir los compromisos con Bruselas, no solo en aguas sino también en cambio climático, y que por eso acude a todos los consejos de ministros de la UE (Agricultura, Pesca, Medio Ambiente y Clima) y no delega en secretarios de Estado como hacían sus antecesores.

Cuando el PSOE le ha criticado que él no fuera personalmente a presidir la reunión del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, Cañete ha replicado muy suelto: "Es más duro estar en Bruselas dos días a cara de perro que una semana en Nairobi en el Pnuma".

En este tema, ha detallado que en los últimos cinco años, el Gobierno ha destinado unos 700 millones de euros a la compra de derechos de emisión en el extranjero, pero que aún así "faltan entre 450 millones y 850" en los próximos tres años (en función de cómo evolucionen las emisiones y el precio de la tonelada de CO2: "Tenemos que dedicar a esta broma 150 millones de euros al año".

El debate en el Senado ha sido de más nivel que el del Congreso, quizá porque la comisión no mezcla agricultura y medio ambiente y porque el ministro controla ya los temas. Además, la oposición ha demostrado dominar la materia -algo que Cañete ha valorado-. Como ejemplo, las palabras de Joan Saura, de ICV, en tono pausado sobre la conformación del macroministerio: "Necesitamos un ministro de Medio Ambiente, no medio. Y no es que dude de su capacidad ni de su dedicación ni del equipo del ministerio".

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