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Argentina regula la muerte digna tras la lucha de dos madres

Los casos de encarnizamiento terapéutico conmueven al país y fuerzan el cambio

Francisco Peregil
Selva Herbón (a la izquierda) visita a su hija enferma acompañada de Susana Bustamante.
Selva Herbón (a la izquierda) visita a su hija enferma acompañada de Susana Bustamante.REUTERS

Argentina y el Gobierno de Cristina Fernández han dado un gran paso en el terreno de los derechos humanos. En la misma jornada, el Senado aprobó por unanimidad la ley de muerte digna, por la que se permite rechazar la prolongación artificial de la vida, y también la ley de identidad de género, por la que se autoriza a las personas a cambiar de nombre, de foto y de sexo en su DNI.

Cuando se aprobó la ley de muerte digna, varios familiares de enfermos en estado vegetativo presentes en los palcos se abrazaron. Pero todos los ojos estaban pendientes de dos mujeres: Susana Bustamante y Selva Herbón. Susana era la madre de Melina González, una chica de 19 años que sufría una enfermedad degenerativa del sistema nervioso y a la que le sobrevino un tumor en la espalda. Melina había fallecido sedada en marzo de 2011, después de una larga lucha por su derecho a la sedación y tras dictarle una carta a su madre: “Nadie debería sufrir este calvario. Les pido a nuestros legisladores y políticos que despierten del letargo. Donde hay una necesidad hay un derecho. Yo tengo una necesidad y no hay leyes, no existen. Pido una ley de muerte digna”, le decía.

Este miércoles, Susana Bustamante recordaba: “Solo quien ve partir con sufrimiento al ser más amado sabe lo que es pedir dignidad a la hora de partir. Yo le prometí a Melina que el calvario que pasó no lo iba a pasar nadie más”. Susana ha acompañado en su lucha a Selva Herbón, madre de Camila, una niña de tres años que yace inmóvil en una cama sin respirar, ni ver, ni oír, ni sentir. Selva había escrito hace medio año una carta a la presidenta Fernández que conmovió a todo el país: “Usted sabe de sufrimiento, ha sufrido dos pérdidas inmensas e irreparables, el dolor no tiene medida, nadie puede decir su real dimensión. Hace dos años y cinco meses que este dolor nos acompaña; debo ver a mi hija de a ratos, con su cuerpito lacerado por sondas y cánulas, por quemaduras, por el insistente accionar de la tecnología utilizada en medicina en una demostración clara de obstinación terapéutica que lleva al encarnizamiento del cual es víctima mi bebé. Es entonces que le pido que me ayude en este dolor, que no solo es mío, sino de una parte de la sociedad que sufre situaciones tan extremas como la de tener un familiar en situación de salud irreversible”, decía la misiva. Y concluía: “Es nuestro deseo que esta ley sea reglamentada en forma urgente; no queremos pensar en otra Navidad para mi familia viendo cómo se deteriora el estado general de Camila por la existencia de un vacío legal. Postergar esta decisión para el próximo año significa para nuestra familia, y para tantas otras en situación similar, algo que nos cuesta entender”.

Herbón espera que, en cuanto se promulgue la ley, los médicos decidan de qué manera facilitan “el descanso” de su hija. Con esta ley, Argentina se suma a Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Suiza y Colombia, países con reglamento sobre la muerte digna. España reguló el rechazo al encarnizamiento terapéutico en 2002.

En cuanto a la ley de identidad de género, también fue festejada en las afueras del Congreso por unas 1.000 personas, muchas pertenecientes a colectivos de gais y lesbianas. “Por fin se abrió la puerta del reconocimiento a la diversidad sexual”, declaraba en Página 12 Malva, argentina de 90 años. “Fui perseguida toda mi vida. Fui arrestada, encarcelada, vilipendiada, ultrajada y apaleada. (...). Desde el Gobierno de Perón hasta acá nos ignoraron olímpicamente”.

Esta ley se aprobó, tras dos horas y media de debate, con 55 votos a favor, una abstención y ninguno en contra. Una vez promulgada, solo se requerirá un mero trámite administrativo para que una persona pueda cambiar el nombre, el sexo y la foto en el documento nacional de identidad. Además, los tratamientos hormonales estarán cubiertos en la sanidad pública. A partir de ahora, en Argentina, la identidad de género es “la vivencia del género tal como cada persona la siente, corresponda o no con el sexo asignado en el nacimiento”. Palabra de ley.

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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