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Uno de los mayores lagos artificiales de Europa cubre la mina de As Pontes

El agua del pantano de As Pontes es de calidad superior a la del grifo La Xunta estudia utilizar el pantano como embalse y fuente de generación de energía

Playa del mayor lago artificial de Europa en As Pontes (A Coruña).
Playa del mayor lago artificial de Europa en As Pontes (A Coruña).GABRIEL TIZÓN

Recortado bajo la sombra de la central eléctrica, el 'Springfield' gallego se llama As Pontes y es un pueblo de récord. En esta localidad minera del interior de A Coruña está la planta térmica más grande y productiva de Endesa en España, que durante años también ostentó el dudoso honor de ser una de las más contaminante de Europa.

Desde ayer, As Pontes también presume de tener “el lago artificial más grande de Europa” a base de agua de lluvia y muchos millones de litros 'robados' al río Eume sobre el hueco de una vieja mina de lignito agotada en 2007. La metamorfosis geológica de As Pontes ha sido tal que sobre donde había carbón negro ahora flota agua azul y en lugar de gigantescas excavadoras pronto habrá regatas y veleros.

Tan grande como toda la ciudad de A Coruña, la vasta lámina de agua cubre una superficie de 865 hectáreas y embalsa 547 hectómetros cúbicos de agua potable “de excelente calidad”. Tiene 18 kilómetros de perímetro, profundidades de 205 metros y 25 veces más capacidad que el pantano de Cecebre, que abastece a toda la ciudad herculina. “El agua es potable y mejor que la sale del grifo”, asegura José Antonio Menéndez Lolo, ingeniero de Endesa. Los ecologistas, críticos durante la transformación de la mina en embalse, no han podido rebatirle porque no se ha hallado rastro de metales pesados.

Endesa está obligada a reparar el daño tras 31 años de explotación minera del carbón

El “gran lago azul” de Galicia, como lo definió ayer el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, se ha convertido en un hito ambiental con un potencial turístico y energético todavía por definir y explotar a través de un Plan Territorial Integrado que la Xunta tiene pendiente de redactar. Aunque nació como solución ambiental al cierre de la mina, la inesperada calidad del agua coloca al lago como posible embalse adicional y fuente de generación eléctrica. Endesa maneja un anteproyecto para crear una central de bombeo y sopesa ceder parte de los terrenos de ribera al ayuntamiento pontés, que se ha quedado sin suelo industrial.

El presidente de Endesa, Borja Prado, sacó ayer pecho para presumir de “la mayor restauración ambiental que se ha hecho en España” que le ha costado a la compañía más de 35 millones de euros.

La eléctrica está legalmente obligada a reparar el daño causado al paisaje tras 31 años de explotación minera a cielo abierto para arrancar de las entrañas del suelo 260 millones de toneladas de carbón que alimentaron las calderas de cuatro grupos eléctricos (1.400 megavatios).

Legalmente, la laguna pertenece a Endesa que la cederá a la Xunta en una fecha todavía por concretar. Antes, la Xunta tendrá que desafectar el suelo y declarar su utilidad pública.

Endesa empezó a inundar el hueco de la mina en enero del 2008 y finalizó el pasado 18 de abril. El Eume aportó el 63% del agua embalsada y el resto procede de los ríos Illade, Meidelo, varios arroyos y aguas de escorrentía.

A pesar de ser un municipio industrial e interior, a los 11.400 vecinos de As Pontes, ligados a Endesa generación tras generación, les ha tocado en suerte una playa de 370 metros de largo con forma de media luna y arena de cantera en la orilla de un lago en el que se han colado bogas y truchas. No muy lejos de allí, se levanta una montaña de 160 metros sobre 720 metros cúbicos de áridos. La antigua escombrera de Endesa es ahora un vergel poblado por 600.000 árboles y 180 especies animales que colonizaron la escombrera espontáneamente.

Aunque la eléctrica se jacta de la exquisitez ambiental de un plan muy cuidado para restaurar la mina y reverdecer la escombrera, el proyecto no ha estado exento de las críticas de los colectivos ecologistas. Ríos con Vida ha denunciado ante la Fiscalía gallega el histórico expolio de Endesa a un río que es la arteria fluvial que riega el parque natural de As Fragas do Eume, un bosque protegido que ardió parcialmente a finales de marzo, en medio de una sequía primaveral inédita en Galicia.

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