“Los niños más necesitados ya no tendrán apoyo”

Lorena Mirasol lleva a su hija Olivia, de seis años, al colegio público Cervantes, en el casco antiguo de Valencia. De momento, dice estar muy contenta con la educación que recibe la niña, que cursa tercero de infantil. “Depende mucho del maestro o maestra que te toca, claro, pero la verdad es que el profesorado se implica mucho y estamos satisfechos”, comenta esta dependiente de una tienda de moda y diseñadora de bisutería de 39 años. “Ahora, con la reducción de interinos, ya veremos qué pasa. Me parece una barbaridad que despidan a 5.000 profesores, como dicen. Probablemente, los niños más necesitados ya no tendrán clases de apoyo si hay menos profesores”, sostiene.

Lorena está casada con Mike, un arquitecto e informático escocés. Antes de instalarse en Valencia, vivió cuatro años en Reino Unido y enseñó castellano en un colegio privado. Sostiene que el nivel educativo de allí era muy elevado, pero insiste en que no ha tenido quejas, hasta que se han dejado notar problemas derivados de los recortes en educación que la Generalitat y el Ayuntamiento vienen aplicando desde hace tiempo.

El matrimonio participó el pasado febrero en una acción organizada por la asociación de padres del colegio que dio la vuelta al mundo. Padres y madres decidieron ponerse a limpiar el centro por la reducción del presupuesto para la limpieza y para protestar por los recortes. “Los padres de Mike nos vieron en el telediario desde su casa”, recuerda Lorena.

“Ahora, además, se van a incrementar los problemas con el aumento de los niños por clase”, apunta. “Las clases fueron reformadas para 20, luego subieron a 25 y ahora nos dicen que serán para 30. En el comedor no se pueden hacer más de dos turnos. Ya veremos...”, concluye.