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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Arena en el ojo

El día que llegue la verdadera píldora antigrasa será una fiesta para la medicina

Javier Sampedro

El día que llegue la verdadera píldora antigrasa será una fiesta para la medicina. Todo el mundo sabe ya que la gordura es la antesala del desorden metabólico y la diabetes, que a su vez son las grandes causas del infarto, la enfermedad vascular y buena parte de los cánceres, entre otros jinetes del Apocalipsis. El secreto de una vida saludable es comer con moderación, y el de una vida larga es comer menos aún. Todo eso está claro. Pero también lo está que fumar es malo, y la gente sigue haciéndolo.

Las campañas de información sobre los males del sobrepeso no han evitado que los países occidentales vivamos en un permanente festival de la grasa, ni evitarán que exportemos al mundo en desarrollo ese estilo de vida. El progreso de una sociedad, por todo lo que sabemos, consiste en dejar de morirse de infecciones y empezar a hacerlo por comer bollos.

Por eso la verdadera píldora antigrasa, la que te permitirá comer sin engordar, está destinada a salvar más vidas que cien campañas. Y a salvarlas en el buen sentido: en el sentido de no pasar hambre. Toda la Big Pharma está detrás de esa píldora. Quien gane esa carrera se forrará, pero también habrá hecho un gran bien a la humanidad. No está mal que las dos cosas vayan juntas por una vez.

Toda la Big Pharma está detrás de la píldora que permita comer sin engordar

El lorcaserin de Arena Pharmaceuticals no es esa píldora. Ni los científicos del panel que ha recomendado su aprobación a la agencia del medicamento norteamericana (FDA), y que por tanto serán los responsables últimos de que el fármaco se comercialice en todo el mundo en los próximos años, muestran el menor entusiasmo por la pastilla de Arena. Ni siquiera es una novedad farmacológica: funciona igual que el fen-phen, una combinación de dos medicamentos que ya fue retirada en 1997 por sus riesgos cardiovasculares.

El resto de los fármacos que han sido aprobados hasta ahora tampoco ha sido para tirar cohetes. A uno de ellos lo llamaban, con escaso tacto, el manchabragas, porque impedía que el intestino absorbiera las grasas, pero no que las echara por alguna otra parte.

De hecho, la FDA ya rechazó el fármaco de Arena en 2010. Y, aunque Arena ha calmado sus reparos con algunos nuevos datos, el cambio de opinión de los expertos se debe más bien a la percepción cada vez más aplastante del enorme coste en vidas humanas, y en gastos sanitarios, que implica el sobrepeso. Más vale una mala pastilla, piensan ahora, que otra buena campaña.

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