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Catedráticos de medicina piden exenciones fiscales para las vacunas

El doctor Ramón Cisterna defiende la medida porque “es mucho más barato” prevenir que tratar

Alejandra Agudo

Las vacunas que no están financiadas por el Sistema Nacional de Salud deberían poder desgravarse para que la gente no deje de ponérselas “por el coste”, según ha defendido hoy el jefe del servicio de Microbiología Clínica y Control de Infección del Hospital Universitario de Basurto y catedrático de Biología Médica de la Universidad del País Vasco (UPV), el doctor Ramón Cisterna. “En estos tiempos de crisis hay que buscar otras estrategias para potenciar su uso”, ha dicho Cisterna, quien ha dirigido el debate sobre estrategias de vacunación que se ha celebrado en la Universidad Menéndez Pelayo.

Cisterna ha recordado que vacunar es “mucho más barato” que tratar después la enfermedad. Como ejemplo, el doctor ha contado la gran cantidad de medicamentos que se prescriben para aliviar el dolor provocado por el herpes zóster. “Sería más efectiva la vacunación y se ahorraría mucho dinero”, ha justificado. Según ha avanzado, la medida de exenciones fiscales en esta clase de medicamentos preventivos podría haber comenzado a tener “cierto eco” en la Administración Pública.

Otra de las propuestas que se han presentado en el debate es que sean las comunidades autónomas las que incluyan en su cartera complementaria las vacunas que no estén en el calendario, bien con financiación parcial o total de la misma. Así lo ha expuesto Julio César Sánchez Fierro, miembro de la junta directiva de la Asociación Española de Derecho Sanitario.

Los beneficios que tendría potenciar la vacunación son relevantes en tiempos de crisis, según Sánchez Fierro. “Con la gripe A se calculó que se perderían mil millones de euros en bajas laborales”, ha explicado. Con mecanismos de prevención, las empresas evitarían las pérdidas que ocasiona el absentismo laboral por enfermedades evitables. Por eso, el experto ha abogado por que las compañías fomenten un “medio ambiente laboral saludable”. Para ello, ha afirmado que sería necesaria “una desgravación fiscal en el impuesto de sociedades por los gastos que las empresas asuman en materia de prevención de enfermedades comunes”.

Con estas medidas se reduciría la tasa de población adulta que se ve afectada por la gripe cada año, entre el 10 y el 15% dependiendo del año. Por lo que el doctor Cisterna subraya es la “importancia” de que el programa de vacunación “no termine a los 14 años” y tenga una continuación en la edad adulta, porque los efectos de algunas inyecciones disminuyen con el tiempo.

Por su parte, el catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos, Ángel Gil, se ha mostrado de acuerdo en plantear un calendario para el adolescente y el adulto que “no se quede en un documento de recomendación” y que contemple la prevención de enfermedades como el tétanos, de la que mueren el 60% de las personas que lo contraen. “Es triste que en España muera gente por esto”, ha concluido.

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Sobre la firma

Alejandra Agudo
Reportera de EL PAÍS especializada en desarrollo sostenible (derechos de las mujeres y pobreza extrema), ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Miembro de la Junta Directiva de Reporteros Sin Fronteras. Antes trabajó en la radio, revistas de información local, económica y el Tercer Sector. Licenciada en periodismo por la UCM

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