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ESPACIO

El ‘Curiosity’ va ultralimpio para evitar la contaminación biológica de Marte

Los artefactos espaciales deben cumplir las reglas internacionales de protección planetaria

Instalación en el 'Curiosity' de uno de los sensores meteorológicos del experimento REMS que aportan los investigadores españoles a la misión.
Instalación en el 'Curiosity' de uno de los sensores meteorológicos del experimento REMS que aportan los investigadores españoles a la misión.NASA/JPL-CALTECH

Si uno va alguna vez a buscar vida en otro mundo, lo primero que tiene que hacer, por obvia precaución, es tomar medidas para no introducir algún microbio propio en ese mundo durante las fases previas de prospección, no sea que después encuentre el rastro de organismos vivos y resulten ser de origen terrestre porque viajaron como polizontes indeseados en alguna sonda espacial. La NASA se lo toma muy en serio. Por ello, cada una de las piezas que forman el vehículo Curiosity y todo el sistema de descenso en la atmósfera de Marte, fueron sometidas a varios procesos de esterilización antes del lanzamiento, cumpliendo la normativa internacional, para evitar cualquier tipo de contaminación biológica de los cuerpos celestes. Los aparatos van ultralimpios por dentro y por fuera.

El vehículo, el paracaídas y la estructura de descenso en el otro planeta no pueden llevar, en total, más de 300.000 esporas bacterianas, con una densidad media máxima de 300 esporas por metro cuadrado (para que no haya una carga biológica concentrada en un punto), según ha informado la NASA. Para hacerse una idea que lo que esto significa: todos los equipos de la misión Mars Science Laboratory no pueden llevar más de 500.000 esporas, que es la décima parte de las esporas que hay en una cucharilla de agua de mar. Son las normas seguidas por la agencia espacial en cumplimiento del Tratado del Espacio Exterior, de 1967, que estipula que la exploración planetaria debe realizarse de manera que se evite la contaminación nociva de los cuerpos celestes. Y la regulación se centra en las esporas bacterianas porque pueden sobrevivir inactivas en condiciones extremas y luego proliferar.

La NASA tiene un equipo específico dedicado a controlar que no sale al espacio ninguna misión que no cumpla los requisitos de ultralimpieza, y los técnicos e ingenieros se afanan, antes de colocar los robots en el cohete de lanzamiento, limpiando cada pieza con alcohol y sistema de esterilización microbiana por calor. Los componentes que toleran las altas temperaturas se someten a procesos entre 110 y 146 grados centígrados durante 144 horas. Después se hacen análisis para verificar que todo el material cumple la normativa de carga de esporas.

La misión MSL también cumple la norma de no dirigirse a ningún lugar en Marte donde se sepa que hay agua (líquida o helada) como mínimo a un metro de profundidad. Esta medida se toma por si falla el aterrizaje, ya que en el accidente podrían introducirse en el suelo fragmentos de los equipos que, si no estuvieran debidamente esterilizados, llevarían microbios terrestres capaces tal vez de proliferarían en las condiciones de humedad allí y con la ayuda del calor producido en el generador de radioisótopos del Curiosity.

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