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Arranca el curso entre protestas

Los escolares vuelven a unas aulas afectadas más que nunca por los recortes Los sindicatos anuncian más movilizaciones en defensa de la enseñanza pública

Una mujer lanza un 'tupper' a Aguirre.Foto: atlas | Vídeo: S. BURGOS

Si la semana pasada un grupo de alumnos y profesores boicoteó la apertura oficial de curso universitario en Madrid, hoy una madre, muy indignada, al borde de las lágrimas, le ha lanzado desde lejos una tartera vacía a la presidenta Esperanza Aguirre (no le ha alcanzado) al salir de un colegio de San Agustín de Guadalix. Ese lanzamiento (simbólico, por el debate sobre el regreso de la tartera a los comedores escolares) y esa docena de personas que le han abucheado en el pueblo de la sierra madrileña son probablemente la imagen más nítida del año escolar que hoy ha echado a andar en Andalucía, Aragón, Canarias, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Madrid, Murcia, Ceuta y Melilla; y ya arrancó la semana pasada en La Rioja, País Vasco, Navarra y Comunidad Valenciana (en esta última también han recibido el curso con protestas).

Se trata, sin duda, de una de las vueltas al cole más conflictivas que se recuerdan en toda España. el goteo de recortes —que empezaron en 2010 y que han segado más de 6.000 millones de los presupuestos educativos— se ha convertido ya en auténticos charcos en este septiembre, con decenas de miles de profesores menos, en la escuela pública (el ministerio cambió la ley para aumentar el horario docente y permitir incrementar el número de alumnos por clase), pero también es más que posible que en la concertada: la subvención para sueldos baja un 4,5% y para otros gastos, un 1,5%, lo que ahogará a los centros, según la patronal.

Una madre ha lanzado una fiambrera a Esperanza Aguirre

Y los padres viven el comienzo escolar con “mucha incertidumbre y mucho cabreo”, asegura Jesús María Sánchez, presidente de la Confederación de asociaciones de padres de alumnos Ceapa, mayoritaria en la escuela pública. Ceapa calcula que un tercio de las familias va a tener serias dificultades para pagar los libros de texto: cuestan más de 200 euros por alumno de primaria, de media, según la OCU, y miles de padres perderán la ayuda con la que contaban hasta ahora, ya que el presupuesto para estas becas se ha reducido en torno a un 75%, según los cálculos de los empresarios del sector reunidos en ANELE.

A eso se suman la pérdida de otras ayudas y al encarecimiento por la subida del IVA de los comedores, el transporte, los uniformes y, sobre todo, el material escolar (este pasa del 4% al 21%). “La subida del IVA la he notado sobre todo en el uniforme”, dice María del Pilar Mazón, que este año ha perdido la beca para el comedor y la ayuda para los libros para su hijo de 11 años, que estudia en el colegio Nazaret, concertado de Madrid. “Me han dicho que no hay ayudas para casi nadie, que solo habrá para casos muy excepcionales”, añade.

Los institutos andaluces perderán 4.500 profesores

La movilización de padres, alumnos y profesores que ya arrancó el curso pasado (con una veintena de huelgas en toda España) seguirá sin duda este, aunque habrá que ver con qué empuje, después de tanto tiempo de desgaste. De momento, el descontento aflora continuamente: ya ha habido pequeñas protestas, como las de ayer en Madrid, en Valencia, Andalucía, Asturias y Cataluña.

Los sindicatos CC OO, Stes, Anpe, Csif y FETE-UGT hablarán mañana de las movilizaciones estatales que preparan a partir de la semana que viene (esta semana llaman a unirse a las protestas de empleados públicos y contra los recortes sociales en general), lo que incluirá previsiblemente una convocatoria de huelga para finales de octubre que emulará la ocurrida en mayo pasado: en todos los niveles educativos, de infantil a la universidad, y en prácticamente toda España. El Sindicato de Estudiantes ha convocado tres días de huelga de alumnos a mediados de octubre: el 16, 17 y 18. A ellas se sumarán movilizaciones en distintas comunidades.

En Madrid, las centrales anuncian el resurgimiento de la marea verde, el movimiento de protesta que nació el curso pasado tras el aumento de horas en secundaria y la reducción de profesores. Los sindicatos calculan que se han perdido 4.300 docentes en dos años para 50.000 alumnos más. La marea verde fue bautizada así por el emblema de la protesta: una camiseta en la que se lee Escuela pública de tod@s para tod@s, que ha acabado extendiéndose a otras comunidades. Los docentes participaron en 11 jornadas de huelga el curso pasado.

Precisamente en Madrid está resonando con fuerza la polémica sobre el uso del tupper como alternativa para las familias que no puedan pagar el comedor y tampoco tengan beca. Mientras en Cataluña en los institutos se pagará por llevar la tartera (unos dos euros al día, calcula la Generalitat), Madrid se plantea que sean los profesores quienes vigilen el comedor para que no se pague. En Andalucía descartan completamente cualquier cobro y en Valencia la justicia ha tumbado la normativa de comedores (que regulaba el uso de tarteras) por numerosos defectos legales en su tramitación. Blasina Torres, parada y embarazada de su segundo hijo, no sabe cuánto pagará de comedor para su hijo de 12 años ni qué pasará en su instituto del barrio madrileño de Moratalaz con las fiambreras. “Si es muy caro, llevará tupper o vendrá a casa a comer”, dice. A este tipo de incertidumbre se refiere el presidente de Ceapa.

Más con menos

Con algunas excepciones como la valenciana (donde la pública pierde alumnos), la tónica general del arranque del curso en la mayor parte de España es la de menos profesores para atender a más estudiantes, siguiendo y ahondando la tónica de años anteriores. Así será en Madrid, con 1.138.390 estudiantes (un 2,1% más), y unos 2.000 profesores menos, según estimaciones de los sindicatos. La Consejería de Educación no comparte esa cifra y asegura que hay especialidades, como inglés, en la que tendrá que contratar interinos “que han suspendido la oposición”. Las centrales han convocado movilizaciones en las aulas desde el primer día. Tras el curso 2011-2012, que vivió el nacimiento del movimiento de protesta de la marea verde y 11 huelgas del profesorado, el año académico arranca otra vez con aires de reivindicación y una novedad: el regreso al comedor de la tartera. Además, el año arranca medio millar de alumnos de cuatro colegios obligados a desplazarse por culpa de obras en sus centros que se han terminado a tiempo.

En Andalucía, hoy han retomado las clases 856.223 alumnos del segundo ciclo de educación infantil y de toda la primaria, las etapas con más matriculados. En los colegios el arranque es menos dramático que el que se prevé en los institutos, donde el aumento del horario lectivo de los profesores ha supuesto la no contratación de 4.500 docentes interinos, pero también notarán los recortes: hay 7.762 menores más en primaria y 4.487 más en el segundo ciclo de infantil, y los maestros son los mismos que el año pasado: 50.576 en la pública y 10.179 en la concertada.

En Galicia, donde la vuelta a las clases será el próximo miércoles, los mayores problemas se encuentran ya en los centros rurales, que se están convirtiendo en aulas unitarias (los niños de todas las edades comparten clase y profesor) por tener pocos alumnos o están directamente cerrando, como es el caso del Rosalía de Castro, en Gomesende (1.000 habitantes). Otros han conseguido, sin embargo, mantenerlo abierto atrayendo a familias de otras localidades: es el caso del centro de Vilariño de Conso.

También arranca el miércoles el curso en Cataluña. Allí, la Cruz Roja ha repartido 3.000 ayudas para material escolar entre familias sin recursos. Algunas ONG están muy preocupadas por lo que la subida de precios y la reducción de becas puede significar para los niños de familias más humildes.

Con información de Carmen Morán, Maryem Castillo, Ivanna Vallespín, Manuel Planelles, Neus Caballer y Ezequiel Moltó.

Subir el autobús

El transporte escolar también acusa las subidas de precio que afectan al inicio de curso. Las organizaciones de consumidores (OCU, CECU) calculan que la ruta escolar cuesta entre 80 y 100 euros mensuales. Este año habría subido en algunas regiones alrededor de un 3%, pero una media sería engañosa, depende de los kilómetros, de las provincias... El desembolso lo pagan, en su mayoría, las familias de los colegios concertados; hay pocas rutas en la pública.

Pero este curso, los chavales que entran en Bachillerato o FP también tendrán que pagar el bus en algunas comunidades. Son enseñanzas no obligatorias, por tanto, el Estado puede desentenderse del gasto. Así pasará en Extremadura, por ejemplo. No es un problema menor para el mundo rural, necesitado por completo de este servicio y donde las rentas son menores. “Y todavía estamos negociando en qué autobuses irán, si serán en exclusiva para ellos o tendrán que coger líneas regulares. Si esto es así, igual tenemos problemas con los horarios. Hasta ahora, con la empresa que hemos negociado sabemos que nos costará 75 euros al mes por cada alumno”, dice José Luis Cortijo, un padre afectado de Guadalupe, Cáceres. Desde la Junta de Extremadura señalan que la mitad de estos alumnos tienen becas del Gobierno.

En el mundo rural, estos jóvenes solían compartir el autobús donde viajan los de la ESO. Puede que sigan haciéndolo, si hay plazas libres. “Pero si no las hay no tendrán derecho a ayudas”, se quejan en CC OO de Castilla-La Mancha.

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